Quizás te suenen estas locuciones provenientes del latín, Memento Mori, Tempus Fugit y Carpe Diem.
En este recurso trato de profundizar en ellas y comprobar el efecto que tienen en mi vida. Te darás cuenta del enorme impacto positivo que pueden tener en tu vida diaria si las tienes realmente presentes y reflexionas sobre ellas.
¿Qué es Memento Mori?
Memento Mori proviene del latín y significa «Recuerda la muerte» o «Recuerda que morirás».
Su origen viene de la Antigua Roma, donde un siervo dijo esta frase a un general que desfilaba victorioso por las calles de Roma, para que no cayese en la soberbia. Recuerda que eres un hombre, no un Dios, y morirás.
Y es que, hasta el más grande muere. Yo moriré, y tú morirás.
Memento mori no tiene por qué verse como algo que nos cause tristeza, sino que nos anime a vivir. A que no caigamos en una vida estática, conformista y aburrida.
¿Qué es Tempus Fugit?
Tempus Fugit podría traducirse como «El tiempo escapa» o «El tiempo huye». Su origen deriva de un verso del poeta latino Virgilio, hace ya más de dos mil años.
Este concepto hace referencia al fugaz paso del tiempo, algo que se acrecienta con la edad y tiene todo el sentido del mundo:
Cuanto tienes 18 años, un año supone un 5,5% de tu vida, una gran parte de ella donde han pasado cosas que te han marcado, por lo que le das más importancia. Tendrás asociados grandes recuerdos a cada año.
En cambio, cuando tienes 65 años, un año supone apenas un 1,5% de tu vida. La mayoría de años serán vacíos y no recordarás que haya pasado nada concreto importante. Sientes que los años cada vez pasan más rápido. Tempus Fugit.
¿Qué es Carpe Diem?
Quizás la más famosa (Y explotada) de las tres, Carpe Diem viene a decir «Aprovecha el día» o «Vive el momento».
En distintas épocas históricas se ha interpretado de manera diferente. En la Edad Media, por ejemplo, tenía mucha relación con Memento Mori: «Vive el momento porque vas a morir pronto». Y más teniendo en cuenta la esperanza de vida de aquella época.
Durante el Renacimiento, se enfocó más a la belleza: «Vive el momento porque vas a envejecer pronto». Hoy en día envejecemos bastante mejor, tenemos gimnasios a partir del 20 euros el mes y clínicas de botox en cada ciudad.
En nuestra época se suele emplear Carpe Diem para recordarnos que hay que «Vivir el presente».
Aprende a valorar tu vida y tu tiempo
A mi por lo general no me gusta cuando se abusan de Memento Mori, Tempus Fugit y Carpe Diem, dado que pierden el sentido. Suelo huir de todo lo que me huela a auto-ayuda barata o filosofía vacía.
Pero estas frases te pueden poner en tu sitio, como me ponen a mi muchas veces cuando me pongo a reflexionar sobre ellas. Especialmente cuando paso por un momento complicado.
Al fin y al cabo, es la máxima que dirige nuestras vidas, la verdad incuestionable y creo que todos estamos de acuerdo: Vamos a morir, el tiempo vuela y hay que aprovecharlo.
Pero no nos quedemos en la superficie y vamos a intentar ahondar en el tema, hacer realmente una reflexión profunda.
La pregunta del genio: ¿Tiempo o dinero?
Estoy seguro de que ni tú ni yo nos cambiaríamos por el mil millonario más viejo del mundo. Tiene 90 y largos años, pero aunque únicamente tuviese 20 años más que tú estoy convencido de que no lo harías (Salvo un caso de pobreza extrema)
Imagínate que compras una lámpara por Amazon y se te aparece un genio. Te concede el siguiente trato: Envejecer 30 años a cambio de 1.000 euros.
Es decir, si tienes 30, te plantas en 60 años. El mundo sigue girando mientras tanto. Ya no verás crecer a tus hijos, estarás muy limitado físicamente para hacer las actividades que te gustaban cuando eras joven, etcétera. Pero tendrás 1.000 euros más.
Lógicamente, mandas al genio a la lámpara e incluso empiezas a tramitar la devolución del producto. Pero es un genio insistente y sigue queriendo hacer un trato aunque con mejores condiciones para ti. Ahora baja 10 años y sube la cuantía a 10.000 euros.
Nada, tampoco aceptas. Pero el genio insiste, haciendo cada vez tratos más favorables para ti, menos tiempo por más dinero. ¿Dónde estaría TU límite?
Ahí es dónde quería llegar. Todos le ponemos un precio a nuestro tiempo. ¿Acaso no aceptarías 1.000.000 de euros por un día de tu vida?
Cada cual valora el tiempo que nos queda de vida a su medida. Pero estoy seguro de que si se te aparece el genio, venderías un año de tu vida muy caro. Tienes el Memento Mori, Tempus Fugit y Carpe Diem dentro. Pero muchas veces no sale hasta que no te hacen las preguntas adecuadas.
Yo cuando lo pensé me quedé reflexionándo un buen rato. Realmente creo que no vendería un año de mi vida por ninguna cantidad.
Se que con una cantidad grande de dinero podría tener la vida resuelta, no tener que trabajar más en mi vida. Pero es que en un año de mi vida puedo vivir experiencias increíbles que el dinero no puede comprar.

Hay teorías que dicen que el envejecimiento es una enfermedad terminal. De larga duración añadiría yo, pues dura toda una vida. Memento Mori en estado puro.
Verlo así quizás te hace afrontar la vida de otra manera. Te hace ser plenamente consciente de que vas a morir, como si de un paciente terminal se tratase que tiene a la muerte muy presente.
Cuando tomas consciencia de ello, dejar para más tarde experiencias increíbles no suena tan bien. Querrás vivir el momento, Carpe Diem.
Me recuerda a una cita de la serie «Cómo conocí a vuestra madre». La novia de Ted se va a Alemania y van a romper, pero aún les queda un día libre juntos antes de que se vaya. Ted está lamentándolo cuando Marshall le dice: «Si supieras que tu pierna va a ser cortada al día siguiente, ¿te sentarías en el sofá a llorar? ¿O te pondrías a correr y dar volteretas?»
Seguramente, una gran cantidad de experiencias que quieres hacer, necesitan que seas joven para ello. Si quieres tirarte en paracaídas, por ejemplo, es más improbable que lo hagas con 60 años que cuando tienes 30. No dejes que pase el tiempo y que sea demasiado tarde para nada, recuerda que Tempus Fugit.
¿Dónde está el equilibrio entre presente y futuro?
Pero no nos volvamos locos, cojamos todo nuestro dinero gritando por la calle «Memento Mori, Tempus Fugit y Carpe Diem» y nos vayamos de fiesta despifarrando lo que tanto tiempo nos ha costado lograr.
Te vas a morir, sí. Pero con suerte dentro de muchos, muchos años. Y querrás vivir bien.
Hay situaciones claras donde mirar al futuro tiene muchísimas ventajas, como ahorrar o aprender a invertir en fondos indexados. Y gracias a la función de utilidad marginal, sabemos que los primeros euros gastados se disfrutan mucho, los últimos muy poco.
Es decir, que si quieres gastarte 20 euros en un vino porque lo disfrutas mucho, genial. Pero dejarte 200 euros en un vino más caro te compensa menos, porque no es 10 veces mejor.
Yo soy muy conservador y miro mucho por el futuro. Tal vez demasiado. Desde pequeño he sido bastante ahorrador (Aunque con las cosas que me gustaba como los videojuegos, no tanto).
Personalmente, creo que está en mi naturaleza valorar mucho más el futuro que el presente y estoy trabajando para cambiarlo porque creo que está desbalanceado. Solo cuando me pongo a reflexionar tranquilamente sobre conceptos como Memento Mori, Tempus Fugit o Carpe Diem es cuando me doy cuenta de ello e intento equilibrar entre ambos.
Pero poco a poco me va calando más y más.
Me he dado cuenta que vivo siempre pensando en el futuro. A veces sacrifico todo el presente pensando en que es ahí, en un futuro que puede que no llegue, cuando todo irá perfecto.
No hay que posponer la felicidad. La primera vez que escuché esta frase me sonó muy vacía y barata, pero creo que especialmente si eres una persona muy autoexigente y que piensa en exceso en el futuro como yo, te puede hacer un click mental como me hizo a mi.
Como me gusta decir, hay que ponerle las cosas fáciles a tu yo del futuro. Pero sin sacrificar el presente, un equilibrio.
Creo que es muy útil tener estos tres conceptos (Memento Mori, Tempus Fugit y Carpe Diem) presentes para tener una dosis de realidad y superar algunos miedos. También cuando le damos demasiadas vueltas a la cabeza y estamos paralizados por algo.
Hay situaciones que se ve claro que hay que apostar por el presente, otras en las que la opción acertada es apostar por el futuro. Pero la vida está llena de grises, donde es difícil balancear.
No te voy a decir dónde está el equilibrio, creo que no me corresponde a mi decirlo, no soy ningún gurú. Aún estoy encontrando mi balance ideal y creo que es una búsqueda que lleva años.
Además, creo que cada cual tiene su punto de equilibrio entre presente y futuro en una parte diferente. Unos vivirán más en el presente y otros serán más precavidos. Y nada que reprochar a ninguno de los dos. Viven su vida como ellos quieren vivirla.
Pero si creo que es muy importante pararse a reflexionar. Con este recurso he intentado exactamente eso, que te pares a pensar sobre el presente y el futuro. Que trates de encontrar tu punto de equilibrio para estar más cerca de tu vida ideal.
Recordemos que vamos a morir (Memento Mori), que el tiempo vuela (Tempus Fugit) y que hay que vivir en el presente (Carpe Diem). Todo ello poniendo las cosas fáciles a nuestro yo futuro.
¿Te ha gustado el recurso? ¿Crees que balanceas bien entre presente y futuro?
Me ha gustado mucho el artículo Jesus, especialmente el dilema del genio.
Me hace pensar, no se hasta cuanto podria dar… Un año es mucho tiempo, podemos aprovecharlo de muchas maneras. Al final si que lo valoro mas de lo que pensaba.
Cada vez que haga compras en amazon utilizaré tu enlace, salu2!!!
Muy buen artículo y me ha hecho mucho reflexionar sobre mi vida y lo que quiero para ella, gracias.
Muchas gracias. Encantado de haber leído este post. Una frase que procuro recordar con frecuencia ( ya me acerco a los 60 ) es la siguiente: Todos tenemos dos vidas. la segunda empieza cuando te das cuenta de que sólo tienes una. Un saludo.