Si sientes que todo te preocupa y no puedes vivir tranquilo, es hora de que pongas solución. En este artículo te cuento a qué se puede deber el exceso de preocupación, cómo identificar el problema y las posibles soluciones al mismo
¿Qué es el exceso de preocupacion? ¿Cómo identificarlo?
Las preocupaciones, como su propio nombre indican, nos hacen estar ocupados antes de un hecho incierto que puede entrañar problemas o puede ser nuevo para nosotros.
Hasta ahí bien, todos tenemos ciertas preocupaciones que pueden estar totalmente fundamentadas y no hay problema en ello.
El problema viene tanto con la «cantidad» de preocupación como con la frecuencia. La cantidad viene a indicar las horas y lo mal que te hace sentir algunas de tus preocupaciones. La frecuencia, las veces que te preocupas por distintas cosas a lo largo del día, aunque sea solo un momento.
Las primeras las trataremos en un artículo en detalle la semana que viene, en esta vamos a tratar el exceso de preocupación, cuando muchas cosas nos preocupan y cómo solucionarlo.
Si sientes que te preocupa todo y esto está afectando en tu vida diaria, es hora de tomar cartas en el asunto y ponerle solución.
¿De donde viene la preocupación excesiva?
La preocupación excesiva en la mayoría de casos no viene de un componente racional.
Hace miles de años, si no te preocupabas lo suficiente de, por ejemplo, estar resguardado en una cueva segura, podía venir un depredador y devorarte. Ahí la preocupación era clara, nos alerta de un peligro, es vida o muerte.
El problema es cuando nos preocupamos de manera constante por cosas que no cambian nuestra vida significativamente si ocurre el peor escenario posible.
Por poner un ejemplo, las elecciones de Estados Unidos, el Trump vs. Biden. Al estar tan polarizadas, seguramente tengas tu candidato favorito (O el menos malo), te parezca que el otro candidato es el mismísimo demonio por muchos motivos y estés preocupado por el resultado.
La realidad es que tu vida no va a cambiar por ello significativamente. No lo haría si estuvieses en Estados Unidos, menos cuando eres de otro país.
El lunes vas a madrugar igual para ir a trabajar gane uno u otro. Tu trabajo no cambiará nada, tu familia tampoco. Tus hobbies no se verán afectados.
Si no fuese por los medios informativos, no podrías decirme quien ha ganado basándote en tu vida diaria. Y creo que aquí está la clave, que nos preocupamos continuamente por cosas por las cuales nuestra vida no se ve afectada.
Esto no quiere decir que no estés informado de lo que sucede y que seas indiferente a injusticias que se comenten en el mundo. No van por ahí los tiros. Creo que es importante estar bien formado.
El problema es cuando las propias preocupaciones por cosas que no afectan a tu vida diaria, afectan a tu vida diaria. Ahí llegamos a un absurdo.
Cómo solucionar el problema de la preocupación excesiva
No hay que dar importancia a las cosas que no lo tienen, para ello debemos reconocer lo que de verdad nos importa, lo que de verdad puede tener un impacto en nuestra vida o en la vida de gente que nos importe.
Si sentimos que nos preocupamos con mucha frecuencia, hay que pararse a reflexionar y hacer un ejercicio de valorar qué nos importa de verdad en nuestra vida, qué problemas tenemos que priorizar y cuales no tienen importancia pues no tienen impacto real.
Para ello, es útil preguntarnos a nosotros mismos ¿De verdad este problema merece la pena? La preocupación solo es útil si es racional, alertándome de un peligro que tiene impacto en mi vida, entonces ¿Qué consigo preocupándome por este problema? ¿Estoy siendo racional?
Y, las dos preguntas que más me gustan porque me ayudan bastante son: ¿Cual es el peor escenario que puede ocurrir? ¿Qué va a pasar dentro de un año si se da el peor escenario? Normalmente el peor escenario no es grave y dentro de un año todo habrá quedado atrás.
Cuando reconocemos lo que nos importa de verdad, salimos del bloqueo de la preocupación, que a veces puede sentirse como una cárcel. Somos más libres y dueños de nuestro tiempo. Sabemos qué queremos priorizar, qué problemas podemos resolver realmente y avanzamos en nuestra vida.
Nos fijamos en lo que no tenemos y en la vida muchas veces no es añadir, es quitar.
La opinión que tienen los demás de nosotros
Merece sección aparte tratar la opinión que tienen los demás de nosotros, cómo nos afecta y cómo solucionarlo. Porque muchas veces es una constante preocupación: No hacer cosas por miedo a la opinión de los demás.
Por ejemplo, salir con una sudadera que a ti te gusta mucho pero es de un videojuego y te preocupa que la gente vaya a pensar que eres un «friki».
Parece que vivamos en un mundo de apariencias, donde todos quieren presumir (se ve claro en redes sociales) y frente a los demás de lo bien que les va en la vida. Buen coche, buena ropa, buena casa, móvil caro…
Proyectar una imagen de éxito es algo que a todos, en mayor o menor medida, nos gusta y caemos en la trampa.
Pero… ¿Realmente te has parado a pensar lo que te importa a ti el éxito de los demás? Porque eso mismo es lo que le importará tu éxito a ellos.
A la gente que intentas impresionar, tu éxito les es indiferente. Igual que su éxito a ti. Si te enteras de que el vecino tiene un iPhone último modelo, esa información sale de tu cabeza a los 30 segundos (Pero se queda meses en su tarjeta de crédito)
Cómo olvidar la frase de la película el club de la lucha: “Compramos cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos, para impresionar a gente a la que no le importamos”
Y no solo nos vamos al plano de las apariencias, también nos preocupamos en exceso por querer llevar razón en las discusiones a costa de todo.
En España esto no nos es ajeno, estamos acostumbrados a discusiones políticas que pueden subir de tono y costar amistades (O lazos familiares) por querer llevar razón.
Soy fan número uno de los debates largos sobre temas interesantes, pero hay casos en los que más que un debate, es una discusión que lleva a enfados, es ahí donde tenemos que cortar por lo sano y que nos de exactamente igual lo que piense la otra persona. No preocuparnos por ello.
En nuestra irracionalidad algunas veces vamos un paso más allá y discutimos en exceso por redes sociales como twitter con gente a la que no vamos a ver en nuestra vida. Y podemos incluso enfadarnos por ello y que nos empeore nuestro día.
Qué irracionales somos a veces y qué importante es poner las cosas en perspectiva y entender que no hay que preocuparse por todo y hay que practicar más el sudapollismo, que no es más que dejar de preocuparte tanto por algo que:
- No es tan importante
- No puedes controlar
- No afecta a tu vida diaria
En este artículo he tratado la preocupación que ocurre con menor intensidad pero mucha frecuencia. En el artículo de la semana que viene hablaré sobre la rumiación, cuando le damos vueltas al mismo tema una y otra vez y no nos lo podemos sacar de nuestra mente.
He hablado en este artículo desde mis experiencias personales sobre el exceso de preocupación. Si crees que puedes tener un trastorno de ansiedad (Sentimiento de preocupación, miedo o inquietud excesivo, que ocurre de manera recurrente y afecta a tu desempeño en el día a día) por favor, consulta a un especialista.
Si le das muchas vueltas al mismo tema sin parar, échale un vistazo a mi artículo sobre el trastorno de rumiación.
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Me ha gustado el articulo y deseando leer el siguiente sobre la rumiación!
Muchas gracias Manel! 🙂