Trabajar en el extranjero: ¿Merece la pena? Ventajas, desventajas y experiencias.

Antes de irme a trabajar al extranjero, tenía muchas dudas: ¿Qué me encontraré allí? ¿Me adaptaré bien? ¿Tendré problemas con el idioma? Es una decisión difícil que cambia radicalmente tu vida y a ti mismo para siempre.

En este recurso te contaré los beneficios de trabajar en el extranjero así como los problemas con los que te puedes encontrar. También te contaré de primera mano cómo fueron mis primeros días en Austria, donde trabajo actualmente y mi adaptación al país.

Pero te adelanto una cosa: irme a trabajar al extranjero marcó un antes y un después en mis finanzas personales.

Ventajas de trabajar en el extranjero

Seamos sinceros, España (ni ningún país de habla hispana por desgracia) no va todo lo bien que debería ir en cuestiones económicas y de empleo. Aunque uno se pueda hacer una buena vida en nuestro país, es complicado encontrar un trabajo con el que nos sintamos realmente satisfechos tanto con lo que hacemos como con el salario que percibimos, y fuera hay grandes posibilidades esperando. Trabajar en el extranjero puede ser la mejor decisión de tu vida por muchos motivos:

Progreso laboral

Tanto si no encuentras empleo en tu país como si lo encuentras pero es mediocre, trabajar en el extranjero da la oportunidad de acceder a mejores trabajos, de más responsabilidad y proyectos más atractivos para tu experiencia. Esto se debe a que el país de destino tiene una necesidad que cubrir y el trabajador extranjero puede cubrirla, una relación donde ambos ganáis.

Tanto países que están en desarrollo como China o países ya desarrollados pero con relativa escasez de gente con estudios superiores como Alemania ofrecen unas condiciones de trabajo excepcionales para personal de alta cualificación, no únicamente por el buen salario que ofrecen, sino por la magnitud del proyecto en el que te encuentras y la responsabilidad que tendrás a tu cargo. Trabajos de muy difícil acceso o directamente inexistentes en nuestro país de origen.

Para empleos de baja cualificación, como es lógico, las condiciones no serán tan buenas y lo mejor será hacerse hueco en un sector en específico, buscando ascender y adquirir responsabilidad para acceder a mejor salario y condiciones. Escalar posiciones desde abajo en España suele ser un camino largo y costoso, incluso puede que la diferencia con puestos más altos no sea muy grande. En países extranjeros esto no es así: Hay jerarquías más claras, más aumentos de salario anuales y más posibilidades de promoción.

Por supuesto, una gran alternativa es continuar nuestra educación mientras tenemos un empleo de baja cualificación y no podamos acceder a uno cualificado, de esta manera gracias a los estudios tendremos una mejor formación y gracias a trabajar en el extranjero la complementaremos con nuevas habilidades e idiomas.

Mejor salario

Por supuesto, cuando nos vamos a trabajar al extranjero buscamos un mejor salario, tanto en nuestro primer trabajo como la posibilidad de ascender y cobrar más.

Un salario por sí solo no es indicador de nada. Habrá que estudiar los gastos y la fiscalidad del país. Mucha gente se ve seducida por una alta cifra pero luego llegan los impuestos y los gastos de vivir en esa ciudad y al final el ahorro es prácticamente el mismo del que tenían en España.

En la mayoría de ocasiones, suele salir rentable trabajar en el extranjero. No es raro encontrar ciudades en Europa con el doble de salarios que España y con un coste de vida muy similar. Cuanto mayor cualificación mejor, pues los gastos crecen a menor ritmo que los ingresos (especialmente útil si quieres aumentar tu tasa de ahorro para no caer en la carrera de la rata).

Para construir un patrimonio, especialmente para aquellos que quieren conseguir la libertad o independencia financiera, trabajar fuera aumenta notablemente la velocidad del proceso.

En España, poca gente trabajando por cuenta ajena llega a números realmente interesantes y que le permitan dar un salto de calidad en su vida. Y donde se encuentran son en las principales ciudades, Madrid y Barcelona, con unos costes de vida muy elevados.

Un patrimonio se construye a base de ahorro e inversión, y para ahorrar tienes que aumentar ingresos y reducir gastos. En numerosas ocasiones reducir gastos no es posible o no compensa, así pues, la mejor vía de ahorro es ingresar más. Y trabajando en el extranjero se consiguen altos ingresos.

Desarrollo personal

El dinero está bien y nos ayuda a tener una vida más cómoda, ahí estamos todos de acuerdo. Pero la vida es mucho más que eso, la vida son experiencias, enfrentarse nuevos entornos, es desafiarte con nuevas situaciones, es mejorar y desarrollarte como persona.

Para irte al extranjero tienes que tener una parte de aventurero. No hace falta mucho, pero sí tener algo de interés de vivir nuevas experiencias. Si te pica la curiosidad, aunque sea un poco, tu estancia en el extranjero será mucho más placentera.

Y eso es lo primero que aprendes cuando vas fuera, que vas a tener que superar retos, ya sean grandes o pequeños. La vida en el extranjero, sobre todo al principio, te pone desafíos, como por ejemplo:

  • No sabes dónde ir a comprar, y cuando vas al supermercado apenas encuentras lo que solías cocinar en tu país.
  • Tienes que hacer papeleo, no sabes a donde acudir y los formularios están en un idioma que no entiendes. Tienes que usar el traductor para todo.
  • En el trabajo, no entiendes exactamente todo lo que te dice el jefe, se te escapan algunas palabras.
  • Los horarios del país y algunas costumbres te resultan muy raras e, incluso, molestas.
  • Tus palabras no tienen el tono que deseas darle. Puede que hagas una broma y no se tome como tal.

Todos estos desafíos se superan y te acabarás adaptando más pronto de lo que piensas. Y, sin darte cuenta, en unos meses habrás crecido como persona más que varios años atrás, serás más resolutivo que nunca.

Nada mejor para aprender un idioma que sumergirse de lleno en un país con ese habla. Cuando tienes que hablar el idioma para comunicarte en las tareas diarias, tienes que hablar el idioma para trabajar y ves el idioma en carteles, libros y menús, el aprendizaje es muy rápido, natural y con menos esfuerzo.

No solo aprenderás el idioma de manera mucho más rápida, lo harás mejor dado que aprenderás de manera práctica, las frases y palabras más usadas. Nada de dominar tiempos verbales complejos que solo se utilizan en situaciones muy concretas antes de poder mantener una conversación básica en presente de manera fluida. Irse al extranjero es, sin duda, la mejor manera de aprender un idioma.

Y en relación con aprender el idioma mejorará mucho tu capacidad de comunicación. Tendrás que ser capaz de comunicar un mensaje a otra persona sin la naturalidad y flexibilidad de tu idioma materno. Te darás cuenta de muchas expresiones y maneras de decir las cosas en español que simplemente no tienen traducción en otros idiomas y tendrás que ingeniártelas. No siempre será fácil y alguna vez acabarás frustrado, pero aprenderás a comunicarte y expresarte con mayor claridad.

Otro pilar que nos hará crecer mucho es entender diferentes culturas. Lo que para nosotros es absolutamente natural, para otro país, sin necesidad de irse a la otra punta del mundo, puede ser muy extraño y viceversa.

Te cuestionarás muchas cosas que, al vivir toda la vida en España, nunca te habías parado a pensar. Adoptarás nuevas costumbres sin darte cuenta y las incorporarás a tu día a día. Aprenderás cómo piensa la gente del país, algunas cosas te gustarán y otras no tanto.

Relacionarás la manera de ser de la gente también con parte de su historia, entenderás cómo se vivieron hechos históricos desde diferentes perspectivas, lo cual es alucinante. ¿Cómo se vivió en Alemania la caída del muro de Berlin? ¿Y en Bosnia las guerras yugoslavas? ¿Cómo ven los irlandeses desde dentro su relación con el Reino Unido y con Irlanda del norte? ¿Cómo vivieron los turcos los golpes de estado recientes y la guerra en Siria, país con el que comparte frontera? Contado desde su punto de vista todo cambia y es muy enriquecedor.

Desventajas de trabajar en el extranjero

Cuando vayas al extranjero te vas a encontrar con desventajas, algunas incluso con las que no habías contado. Algunas serán meros trámites y otras estarán ahí para siempre, y dependerá de tu capacidad de adaptación así como de la importancia que le des que sean un problema pasajero o algo permanente.

Burocracia

Primero de todo, al encontrar un trabajo fuera la primera barrera es la burocracia. Si nos movemos dentro de la unión europea es relativamente sencillo tramitar un permiso de residencia, pero si nos vamos a países fuera de la UE puede ser un auténtico dolor de cabeza. Deberás llevar todos los documentos necesarios traducidos y apostillados de casa para que te sea todo más fácil y te pongan los menores problemas posibles.

Tener acceso a una impresora una vez en el país de destino y tener los documentos también en digital (En un pen drive o una carpeta en la nube personal) bien organizado todo te ayudará con todos los trámites. Cada cierto tiempo tendrás que renovar permisos de residencia y tendrás que tener a mano contratos de alquiler, recibos, contrato de trabajo… Mejor tenerlos accesibles.

Diferente cultura

Algunas tradiciones o costumbres pueden hacerte la vida cuesta arriba. Quizás en Europa no nos llamará nada excesivamente la atención, salvo la masificación en algunas capitales si estamos acostumbrados a ciudades pequeñas, horarios de la vida diaria o algunas fiestas. En países más lejanos como los asiáticos el choque cultural va a ser mucho más fuerte y puedes no sentirte nunca perfectamente integrado, siempre vas a ser un extranjero.

Trabajar en el extranjero puede no ser para ti si estás extremadamente arraigado a tu ciudad y tu gente. Si no tienes buena adaptación a nuevos entornos, estás muy acostumbrado a tus rutinas y te hacen muy feliz, puede que no estés del todo a gusto fuera y sientas que te falte algo que solo puedes encontrar en tu tierra.

La siguiente barrera que te encuentras es la comida. Pasarán algunas semanas hasta que encuentres tus ingredientes favoritos en el supermercado y tengas una buena variedad de comidas variadas y que te gusten, tal y como tenías en tu lugar de origen.

Eso sí, pase el tiempo que pase siempre echarás de menos la comida de tu madre, como en casa no se come en ningún lado y eso lo sabemos todos 😉

Idioma

El idioma puede ser frustrante. Incluso cuando lo domines habrá veces que no puedas expresar exactamente lo que quieras decir, no podrás bromear con tanta facilidad o echarás de menos el simplemente hablar tu idioma nativo porque no te requiere ningún esfuerzo, el cerebro está más relajado.

Si no tienes un gran dominio, al principio puedes pasarlo regular. El no entender por completo lo que te están diciendo cuando estás acostumbrado a entenderlo todo en tu idioma nativo es algo a lo que te tendrás que acostumbrar y evitar agobiarte. No hay nada de qué preocuparse, siempre puedes pedir con amabilidad que te lo repitan las veces que no entiendas algo mientras vas mejorando tu idioma.

Relaciones personales

Por último pero lo más importante: Echarás de menos a los tuyos. Familia, amigos… Ahora estarán a bastantes kilómetros y los verás con menos frecuencia, las amistades de siempre durarán pero aquellas que no estaban tan consolidadas puede que las pierdas de vista. Te perderás algunos eventos a los que te gustaría ir.

Las videollamadas lo harán mucho más sencillo y aunque no será lo mismo podrás estar igual de comunicado que siempre. Hoy en día tenemos mejores comunicaciones que nunca y podrás cogerte un avión para aprovechar una semana de vacaciones en tu país, además, la diferencia entre vivir en una gran ciudad lejos de tu sitio natal en tu propio país y vivir en el extranjero no es tanta. Tengo amigos trabajando en Madrid que visitan a su familia lo mismo que yo viviendo en Austria.

Además, encontrarás gente maravillosa allá por donde vayas. El mundo está lleno de gente como tú y como yo, con los mismos gustos y aficiones, en cualquier parte del mundo. Nada más llegar tendrás a los del trabajo, pero conforme vayas haciendo vida encontrarás más gente, por ejemplo haciendo deporte o en el gimnasio. También hay comunidades de españoles en muchas ciudades en las que un español más es siempre bienvenido.

Eso sí, notarás quizás que en España (Y también hispanoamérica) somos bastante más cercanos. Se nota cómo en otros países ponen más distancia y las relaciones tienden a ser más cordiales, se tarda más en llegar a un punto donde haya confianza.

En resumen, encontrar tu zona de confort te llevará un tiempo. Ese tiempo dependerá de tu capacidad de adaptación y de cuan diferente es al país que vayas respecto al tuyo. Pero superarás las dificultades, encontrarás tu zona de confort en el extranjero y te sentirás como en casa.

Si no estás a gusto y quieres volver, siempre puedes coger un avión de vuelta y traerte toda la experiencia vivida. Serás, sin duda, una persona con mejor desarrollo personal que la que se fue, habrás aprendido mucho por el camino.

Mi experiencia al trabajar en el extranjero

Llegamos a la parte más divertida del recurso, por lo menos la que más me ha divertido a mi escribirla. Os voy a contar de primera mano cómo está siendo mi experiencia trabajando en el extranjero, desde cómo encontré el trabajo a cómo me he adaptado.

Encontrar trabajo en el extranjero desde España

Aunque estaba muy a gusto en España, siempre he querido trabajar fuera. No solo por motivos económicos, pues siendo ingeniero por suerte podía encontrar trabajo sino también por motivos culturales y de desarrollo personal.

Sabía que en el extranjero podría mejorar mucho mis idiomas, mejorar mis habilidades personales, embarcarme en proyectos profesionales a los que no podía optar en España, conocer gente muy diferente, sumergirme en otras culturas y crear un patrimonio que me permitiese vivir mejor. La decisión era clara.

Mientras estaba trabajando y hacía el máster, me puse a mirar ofertas específicas de mi campo profesional. Usé principalmente linkedin, que para trabajos de alta cualificación creo que es una gran herramienta y te puedes enterar de ofertas muy interesantes a través de tus contactos.

Tras unos días donde pensaba que el mercado iba a estar inundado de ofertas para un joven ingeniero, me di cuenta de que no era tan fácil. Siempre encontraba alguna pega: Salario, el proyecto no me acababa de convencer, el país no me parecía atractivo… Hasta que di con una que me encantó.

Tenía un salario que me gustaba y el tema era perfecto para mi. Encima era el mejor grupo de investigación en ese campo. Cual fue mi decepción cuando vi que la oferta había expirado hace un mes. Les escribí un correo electrónico sin esperanza ninguna ni de que contestasen y seguí mirando. Vi otra oferta interesante en otro país, no tanto como la anterior pero eché el curriculum, no tenía nada que perder.

Me llevé una sorpresa mayúscula cuando me contestaron de la primera, la que tenía la oferta expirada. Tenían un hueco más, estaban interesados y se programó una entrevista. Me llevé una importante lección, y es que el «no» ya lo tienes. Si te ves en una situación similar, no pasa nada por contactar e intentarlo. Redactar el email me llevó 10 minutos y a cambio me he llevado un trabajo que me cambió la vida.

Siguiendo con las entrevistas, era la primera vez que iba a hablar inglés, quitando seis años atrás cuando me apunté a una academia unos meses para sacarme el B1, aunque había seguido mejorándolo viendo series en inglés. Me preparé las entrevistas durante unas horas, practicando preguntas típicas que podrás encontrar por internet, aunque luego las de la entrevista real fueran diferentes.

Tras tres entrevistas y algo de incertidumbre, me anunciaron que era el candidato seleccionado. Llamé a mis padres con muchísima alegría y empezó el papeleo.

Tuve que perder bastante tiempo en traducir y apostillar (Legalizar) títulos y documentos. Me toco ir a varios notarios y a traductores jurados varios días, pues el mismo documento iba pasando de unos a otros como una cadena de montaje. Afortunadamente todo este costoso proceso de unos 300 euros en total me lo pagó el gobierno de Austria, que ofrecían ayudas para ello.

Aunque no sea sencillo encontrarlas, busca ayudas de este tipo. Las puedes encontrar como Career Grants en inglés y las encontrarás más fácil si son trabajos de alta cualificación, especialmente en la investigación donde los países con más salarios intentan atraer talento. A mi me pagaron los gastos del viaje y los gastos derivados de la documentación (Relocation Grant), pero también hay ayudas para hacer las entrevistas presenciales, para traerte a tu pareja una vez consigas un trabajo en el país o beneficios fiscales durante varios años.

Tras lidiar con la burocracia tocó hacer las maletas y pisar, por primera vez, Austria.

Trabajar en el extranjero te lleva a conocer sistios maravillosos, desde el primer momento me enamoró Viena.

La importancia del inglés

Yo no tenía por entonces mucha idea de alemán, pero no fue un problema. Con el inglés se llega a todos los sitios. No digo que no aprendas el idioma local, todo lo contrario, creo que es muy necesario y gratificante. Pero saber inglés te permite desenvolverte por ciudades grandes sin problema.

En España muchas veces tenemos miedo de salir si no tenemos un nivel alto, como un C1, cuando con un nivel mucho más bajo y ganas de aprender puedes irte a trabajar al extranjero y no tener grandes problemas. Que el bajo nivel de inglés no sea una excusa para no trabajar en el extranjero.

Créeme si te digo que hay gente con un nivel bajo o un acento muy pronunciado trabajando fuera mientras hay otros con mayor nivel acomplejados y retrasando dar el salto porque no se atreven debido a su supuesto bajo nivel. Sin ir más lejos, a un compañero indio no le entendíamos ninguno, únicamente el jefe y no creo que entendiese todo lo que le decía.

Al no estar acostumbrado a hablar inglés durante todo el día, las primeras semanas fueron más cansadas y notaba ese esfuerzo extra que tenía que hacer mi cerebro para desenvolverme en otro idioma. En las llamadas con mi familia y amigos notaba cómo me relajaba por no tener que hacer este esfuerzo y hablar de manera totalmente natural. Al final me acostumbré bastante rápido, a las pocas semanas ya no notaba que estuviese haciendo ningún sacrificio extra.

Mi adaptación al país

Me encantó desde el principio conocer gente tan diferente, de tantos países distintos. Es imposible quedarte sin conversación, pues sacas cualquier tema y seguro que hay muchas diferencias y te quedas alucinando, desde bodas a comidas, pasando por el sistema educativo, la policía, conflictos internacionales… Cualquier tema de conversación es interesante por las tremendas diferencias que puede haber. Me gusta mucho la sensación de descubrir algo nuevo que te parece muy chocante y que para otros sea algo totalmente normal.

La adaptación a la comida tuvo sus luces y sombras. La comida de diario sin problemas, siempre se encuentran cosas interesantes en el supermercado, además, no suelo comprar muchos productos procesados. Eso sí, las frutas y verduras suelen ser de peor calidad, en España tenemos la suerte de ser la huerta de Europa gracias a Almería, así como tener buenos proveedores de frutas y verduras locales.

Otras sombras las encontramos en los restaurantes, donde, a mi juicio y sin ser yo un experto gastronómico, no son gran cosa. En España se come muy bien y las diferencias me han parecido bastante grandes. ¡Cómo echo de menos mis tapas!

El horario me chocó bastante. Yo, acostumbrado a comer a las dos y media me veía comiendo a las once y media de la mañana. La merienda no existe y la cena también suele ser extremadamente temprano para lo que estaba acostumbrado en España, a las seis o siete ya suelen cenar los austriacos. Al final uno adapta los horarios como le conviene, yo por ejemplo he adelantado mis horarios de comidas prácticamente dos horas respecto a España. Te acostumbras a lo más práctico para ti y no supone problema tras unos días.

A pesar de tener unos sueldos mucho más elevados, los precios no son tan caros. Para que os hagáis una idea diría que un factor multiplicador de 1,5 de manera aproximada comparando ciudades medias. Es decir, si gastas en España por ejemplo 200 euros en comida y 500 en alquiler, en Austria en una ciudad media lo tienes por 300 y 750 euros, respectivamente. Esto es una aproximación para hacernos una idea rápida, en otro recurso lo veremos en detalle.

Sin duda, irme a trabajar al extranjero ha sido la decisión correcta. Siento que le estoy sacando distancia al Jesús que se quedó en España en un universo paralelo por varios motivos:

  • Mi inglés ha mejorado muchísimo y he empezado a aprender alemán.
  • Estoy cobrando el doble de lo que cobraría en España en un trabajo similar, lo que me permite ir construyendo, poco a poco, un patrimonio que me permita vivir mejor.
  • He conocido a gente maravillosa de muchos lugares del mundo, descubriendo otras culturas y abriendo mi mente a nuevas ideas y maneras de ver la vida.
  • Trabajo en un proyecto que me encanta con gente muy buena en este campo en específico, por lo que estoy aprendiendo a pasos agigantados.

Para mi esta experiencia está siendo como cuando descubrí las inversiones y aprendí a cómo invertir, se ha desbloqueado una parte del videojuego de la vida, una bastante grande e importante. Y desde mi experiencia no puedo hacer otra cosa que recomendarla.

Entraremos en más detalle en próximos recursos, analizando vivienda, gastos diarios, sueldo medio, fiscalidad entre otras cosas en los principales países donde solemos irnos a trabajar en el extranjero. ¡Suscríbete para no perdértelo!

Tengo un recurso en detalle sobre trabajar en Austria, no te lo pierdas.



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