¿Eres ambicioso? ¿Trabajas muy duro por un futuro mejor?
Cuidado que se te puede estar yendo de las manos:
Sin duda alguna esta es una de mis mayores debilidades y algo que tengo que trabajar a conciencia. Algo que para muchos es lo más natural del mundo pero a otros nos cuesta más.
Sacrificar algo de presente por un mucho mejor futuro es algo positivo. Te quitas un poquito ahora para recibir mucho más después. Con el ahorro e inversión lo vemos claro.
Con el trabajo nos puede pasar igual: echar horas de más y/o trabajar durísimo en tu trabajo para escalar a puestos mejores. O tener tus proyectos aparte de tu trabajo inicial, lo que los americanos denominan “side-hustle”.
Esto no tiene nada de malo per se, especialmente los proyectos personales creo que son muy enriquecedores y pueden abrirte puertas.
El problema viene cuando nos pasamos de frenada. Y si eres una persona ambiciosa, probablemente te pases de frenada en muchas ocasiones.
Identifico DOS señales de alerta principales.
La primera es que cuando sólo pones la mente en el futuro: el nuevo producto o servicio que vas a lanzar, preparar los hilos de twitter de la próxima semana, planificar las futuras renovaciones de tu web…
“Cuando acabe los hilos de la semana, entonces ya podré ver una serie y relajarme”
“Cuando termine de arreglar esto, entonces ya me pongo a leer”
Cada cual tendrá sus tareas y sus placeres propios. Al final se resume en:
“Cuando […] entonces me daré tiempo para mi, para ser feliz y disfrutar”
Entre tú y yo, si te pasa algo parecido… Creo que estamos haciendo un poco el gilipollas. Se nos está yendo de las manos. Te cuento.
Los que tenemos una ambición un poco enfermiza, nos olvidamos que existe algo llamado presente (que al final es lo único que existe) y sólo pensamos en el futuro.
Siempre queremos más. Siempre hay tareas que hacer, SIEMPRE. Siempre puedes mejorar la web, escribir otro hilo, otro artículo, otra newsletter. Hacer otro proyecto. Crear más enlaces.
Somos como el burro que tiene delante la zanahoria. Por muy rápido que corra el burro, la zanahoria va siempre delante y nunca la va a alcanzar.
Joder, ¡qué rapido se nos olvida que estamos donde queríamos estar!
Un día sueñas con salir de tu ciudad y estudiar la carrera de tus sueños en una ciudad más grande.
Lo consigues. Cuando estás ahí, fantaseas con acabar la carrera, empezar un máster y trabajar a la vez.
Lo consigues. Cuando estás ahí, sueñas con trabajar fuera, cobrar un buen sueldo y hacer un doctorado. Sueñas, aunque no es muy realista.
Lo consigues.
Y ahora que estoy aquí, sueño con lo que viene después del doctorado…
Este es mi caso con mi vida laboral, pero tú seguro que tienes otro caso muy parecido con tus metas propias, ya sea con tu carrera principal o con tus proyectos.
Primero sueñas con ellas, luego las consigues, al siguiente día la has normalizado y ese es tu nuevo estándar, lo “normal”. Y no te paras a saborearlas.
Si te sientes identificado con el artículo, te propongo que reflexiones sobre tres aspectos:
- Tu vida no comienza “cuando logre…” “cuando me mude a…” “cuando….” No. Tú vida está en marcha ya. La vida no espera a nadie.
- Tener proyectos paralelos y trabajar duro está bien, de verdad. Lograrás grandes cosas. Pero no enfoques todo al futuro y planifica actividades para el presente. Ten momentos de disfrute diarios, hazte un hueco en esa agenda tan apretada para ti mismo. ¿o un puto cliente es más prioritario que tú mismo?
- Recuerda cuando querías estás donde estás ahora. Y disfrútalo.
Dedicado a todos los que trabajáis duro y sois ambiciosos. Dale duro, pero cuídate también y no trabajes en exceso. También te mereces disfrutar del presente, no lo olvides.