La riqueza no es lo mismo que tener dinero

Dinero y riqueza no son lo mismo. Entender la diferencia entre ambas es fundamental para tener una mejor relación con el dinero.

La diferencia fundamental entre riqueza y dinero

La riqueza se construye. Es un sistema sólido y antifrágil, que no sólo aguanta los malos tiempos sino que aprende y se refuerza ante futuros contratiempos. 

Para obtener riqueza, tú mismo tienes que ser el activo principal, capaz de conseguir más activos que trabajen para ti y acumularlos a lo largo del tiempo. 

Sabes plantar árboles y que te den sus frutos. Y utilizas esos frutos tanto para plantar más árboles como para consumirlos de un modo equilibrado. 

En cambio, tener dinero sin más es como si te dan los frutos… Pero lo único que sabes hacer con ellos es comértelos. Y los disfrutas, sí, pero se acaban. No te preocupas en (o no sabes) plantar más árboles. 

Los frutos maduran y se pudren con el tiempo si no se utilizan, al igual que el dinero se pudre y vale mucho menos con el tiempo debido a la inflación. 

El dinero viene y va.

Alguien que ha construido riqueza sabe cómo volver a conseguirla. El tiempo juega a favor de los que construyen riqueza. 

En cambio, para el que no sabe construir riqueza, si consigue dinero (como en la lotería) es cuestión de tiempo que se le agote. 

Tic, tac. Tic, tac. 🕰

El tiempo pasa, ¿en qué lado estás? 

Aprender a construir riqueza es algo que me apasiona y en lo que trabajo cada día. Aprendiendo, investigando, difundiendo.

Seguro que a ti también te interesa (y por eso estás delante de la pantalla leyendo esto).

Riqueza percibida

Nuestra riqueza es un valor absoluto, podemos poner un número a nuestro patrimonio. Pero muy diferente es cómo la percibimos, lo cual es algo subjetivo.

Te cuento qué dice la psicología sobre ello y cómo te puede ayudar: 

Un trabajador que cobre 1000€ y el resto de sus compañeros cobren 900€ se siente más satisfecho con su sueldo que si cobrase 1200€ y sus compañeros 1300€. 

A pesar de cobrar más en términos absolutos en el segundo caso, el trabajador está menos contento porque percibe menor riqueza. 

La diferencia entre valores absolutos de riqueza (tu patrimonio es un número) y de riqueza percibida (cómo de rico te sientes) es algo bien estudiado en psicología. 

Por ejemplo, en el paper: “The association between objective and subjective socioeconomic standing and subjective well-being: A meta-analysis” analizan 357 diferentes estudios de 2.352.095 personas y cuyas conclusiones dicen lo siguiente: 

“Incluso si las personas de hoy ganan salarios más altos o alcanzan niveles educativos más altos que sus padres o en comparación con hace 10 años, habrá un impacto limitado en su felicidad si no lo están haciendo al menos tan bien, si no mejor que otros en la actualidad.» 

«La gente no sólo busca simplemente la capacidad de ascender en la propia escala socioeconómica, sino también de ascender en la escala de la sociedad colectiva más amplia». 

En resumen, no sólo es más importante que tu riqueza mejore con el tiempo sino que estés mejor o igual que tu entorno. Aunque vivas con mucha más calidad de vida que antes. 

Como dice Mark Twain, la comparación es la muerte de la alegría.

Y nos comparamos. Mucho. 

Esta es una de las lacras que a mi juicio afectan a la sociedad de hoy en día con poca educación financiera: Quieren tener mejor coche que el vecino, mejor reloj que el compañero de trabajo y mejor móvil que los amigos. 

Mucha gente no se para a pensar en el valor absoluto, por ejemplo, cuántas horas de trabajo le cuestan esos caprichos y si no sería más feliz invirtiendo ese dinero en experiencias en lugar de cosas materiales, por ejemplo.

Sin comparar, sólo pensando en ti. 

También me parece muy destacable el artículo “On Assets and Debt in the Psychology of Perceived Wealth”, donde hablan de cómo se percibe la deuda. 

Las conclusiones de este artículo nos dicen que las personas con menos deuda se perciben más ricas (tanto por ellos mismos como por su entorno), aunque tengan el mismo patrimonio que alguien con más deudas pero también con más activos. 

Esto nos hace ser más reticentes a la hora de endeudarnos (aun haciéndolo de manera responsable), especialmente en España para el sector inmobiliario, aunque en Estados Unidos es muy común los préstamos para estudiantes. 

Tenemos que saber identificar estos sesgos para que nos afecten lo menos posible.

Si dejas de compararte tanto con los demás, percibirás más riqueza, y si percibes más riqueza, estarás más feliz. 

Y, sobre todo, no caer en querer aparentar estatus y proyectar riqueza ante los demás. Esto es una estupidez y daña mucho tus finanzas personales. 

Realmente esto lo hemos enfocado al dinero, pero creo que se puede extrapolar a muchos ámbitos de la vida, como éxitos personales en el trabajo o en el deporte. 



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