Tus habilidades también forman parte de tu patrimonio

Tu patrimonio es mucho mayor de lo que crees.

Cuando medimos nuestro patrimonio, olvidamos valorar un componente clave: nuestras habilidades, que son igual o más importantes que nuestro patrimonio financiero.

Entender e interiorizar lo que vas a leer en este recurso te permitirá tomar mejores decisiones a largo plazo que maximicen tu patrimonio (y tu bienestar).

¡Vamos a verlo!

Tu patrimonio no es sólo financiero

Cuando queremos calcular nuestro patrimonio, lo que solemos hacer es:

  1. Listar nuestros activos (fondos indexados, acciones, vivienda en propiedad…) y pasivos (hipoteca, préstamos…).
  2. Valorar su precio.
  3. Sumar todos los activos y restarle los pasivos.

Este es el procedimiento estándar y está muy bien, pero a mi juicio se deja algo importante sin incluir: a nosotros mismos como activo.

Como ya te he comentado en muchas ocasiones, tú eres tu activo más valioso. Una persona puede invertir no sólo en activos financieros (como comprar participaciones de fondos indexados), sino también en sí misma.

Esta inversión puede ir desde certificaciones/cursos en tu ámbito laboral hasta ir a psicoterapia, pasando por invertir en un buen gimnasio o material deportivo.

Al final, todo lo anterior se puede ver como dinero:

  • Una mejor formación en tu ámbito laboral te permitirá acceder a empleos con un mayor salario.
  • Los beneficios de hacer deporte también se notan en el ámbito laboral, aumentando tu rendimiento y, por lo tanto el valor que puedes producir.
  • Quizás ir a psicoterapia te ayude a superar ese problema de confianza y de no valorarte en las entrevistas de trabajo. O te posibilite dejar atrás esa profesión que no disfrutas y enfocarte en algo que de verdad te gusta hacer, aunque decepciones a tus padres. O simplemente te permita salir de ese bache emocional en el que llevas tiempo atrapado.

    Sea lo que sea (y aunque no sea el motivo principal y suene algo frívolo), todo esto también mejora indirectamente tu capacidad de ganar dinero y aumentar tu patrimonio.

¡Ojo! Que aunque invertir en uno mismo suela ser una buena idea, no hace automáticamente que todas las inversiones en uno mismo sean una buena decisión.

Al igual que la inversión en activos financieros, hay que analizar la rentabilidad de nuestra inversión y los riesgos.

Por ejemplo, veo a mucha gente que hace cursos porque creen que invertir en formación es siempre buena idea. Y no tiene por qué serlo, hay muchas formaciones que su coste (en tiempo y precio) no compensan las habilidades adquiridas, bien porque el nivel en estas habilidades sea insuficiente o bien porque estas habilidades no sean útiles en tu ámbito laboral.

Vale, ya sabemos que nuestro patrimonio es mucho más que nuestros activos (menos pasivos) financieros. Tenemos que meternos a nosotros mismos en la ecuación. Pero, ¿cuánto valen mis habilidades?

Vamos a verlo:

El precio de tus habilidades

Hay habilidades cuyo precio es relativamente fácil de determinar.

Si no sabes programar y hay un curso de Python (un popular lenguaje de programación) que te permite acceder a trabajos de 24.000€ brutos al año, puedes hacer un cálculo de coste-beneficio de manera clara para ver si te renta hacerlo.

No obstante, incluso en este ejemplo sencillo y directo, se están escapando más beneficios indirectos de aprender esta nueva habilidad.

Aprendiendo Python estarías también aprendiendo a programar, por lo que será más fácil saltar a aprender otro lenguaje. ¿Qué precio tiene esto? No es fácil poner un número, pero desde luego más de 0€.

Otras habilidades son mucho más complejas de cuantificar su valor. Por ejemplo, aprender inglés, que te permite:

  • Irte a un país extranjero con mejores salarios.
  • Comunicarte con personas de países y culturas muy distintas.
  • Consumir mucha más información. Aunque los hispanoparlantes tenemos suerte de ser casi 600 millones y tener una gran cantidad de contenido en nuestro idioma, hay mucha información que sólo está en inglés.

¿Cuánto vale aprender inglés? En mi caso, saber inglés (junto con mis estudios de teleco) ha sido la habilidad que más ingresos me ha dado.

Podría ponerle un número haciendo la diferencia entre el salario que tendría habiéndome quedado en España frente al que tengo en Austria, pero se quedarían fuera de la ecuación miles de cosas como conocer nuevas culturas, nuevas formas de pensar, viajar mucho más, proyectos, publicaciones científicas y experiencia imposible de conseguir en España, y un largo etcétera.

Vamos con el tercer y último ejemplo de habilidad que, aunque es imposible cuantificar su valor, es muy importante reflexionar apreciar el enorme valor que tiene: la confianza en uno mismo.

¿Cuánto vale ser valiente, confiar en tus capacidades y solicitar un trabajo en el que no cumples todos los requisitos pero piensas que puedes hacerlo bien?

¿Cuánto vale tener la confianza en uno mismo para pedir aumentos de salario, para liderar proyectos, para emprender, para vender bien tus productos o para ponerte en valor?

Porque estoy seguro de que conoces casos donde dos personas cobran muy distinto a pesar de tener las mismas habilidades técnicas. La diferencia es que una tuvo confianza en si misma, se valoró (e hizo que la valorasen) y la otra no.

Como te decía, es imposible ponerle un número concreto a algo tan abstracto y con tantas implicaciones como es la confianza en uno mismo. Pero si hubiese que hacerlo, seguro que lo valorarías con un precio altísimo.

El patrimonio de los multipotenciales

Me contaba una compañera el otro día que si no estuviese dando clase de español, no le faltaría el trabajo como profesora de danza.

Yo estudié teleco, pero aquí me tienes hablando de forma apasionada de la educación financiera y de todo lo que le rodea.

Las habilidades que aprendemos pueden no ser simplemente un complemento a nuestro trabajo actual, sino incluso habilidades con las que puedas desempeñar un nuevo trabajo.

Aunque puede parecer que estás desaprovechando el tiempo porque bajo circunstancias normales no desempeñas dos trabajos a la vez y tienes que elegir, te aporta opcionalidad (puedes elegir dedicarte a lo que mejor te convenga en ese momento) y robustez (si pierdes el empleo o ese sector está en horas bajas, puedes cambiarte sin mucho problema).

Como te decía al principio de este recurso, tu patrimonio personal es mucho más que la suma de tus activos financieros. Tienes que meterte a ti en la ecuación.

Tus habilidades son una parte fundamental de tu patrimonio. Inclúyelas aunque sea sin números específicos, pero ponlas en valor. Porque lo tienen. Esto te permitirá tomar mejores decisiones que afectan a tu patrimonio, también al patrimonio que no se ve, pero está ahí.

No puedo acabar el recurso sin mencionar que también forma parte de tu patrimonio tus posibles negocios y la imagen de marca que hayas creado. Por ejemplo, si te posicionas como experto en tu ámbito laboral en Twitter LinkedIn eso hace que te lleguen más y mejores ofertas laborales, aunque no estés ganando dinero directamente con tus publicaciones en tus redes sociales.

Pero eso mejor lo dejamos para otro recurso.



Cada domingo envío un email con ideas y recursos potentes para que aprendas a manejar tus finanzas e invertir. Puedes suscribirte aquí:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *