La virtud no está en el término medio

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En esta formación de texto, video y audio, aprenderás todo lo que tienes que saber sobre finanzas personales e inversión para que el dinero no sea nunca más un problema. Desde cero. Para ti.

Cuando lo acabes (te llevará unas 10-15 horas), habrás puesto tus finanzas personales en orden y estarás invirtiendo para crear una vida con más libertad.

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«Los ejercicios me gustaron mucho, muy prácticos y explicados paso a paso. El orden hace que sientas que vas empezando a controlar tus finanzas y, aunque partía de cero, al final del Manual ya estaba invirtiendo mi dinero. Lo recomiendo.» — Julio R., alumno del Manual

Si has ido al gimnasio, sabrás que hay un perfil de persona que va a «calentar la silla».

Buscan una máquina donde puedan estar sentados cómodamente, ponen el peso mínimo y se ponen con el móvil mientras apenas hacen esfuerzo en mover la parte del cuerpo que toque.

Exactamente igual que pasa en algunos trabajos o en clases de la Universidad, cuando hay gente que va, se sienta, pero no atiende ni hace nada de provecho durante esas horas. Simplemente calientan la silla.

A menudo nos engañamos a nosotros mismos.

Hacemos un poco para no sentirnos mal, para sentir que hemos cumplido y no se nos pueda reprochar nada… pero nos quedamos a medio camino y sin obtener los resultados que queremos.

Como verás más adelante, esto también es muy común en la inversión y puede que te esté pasando a ti.

¡Vamos a verlo!

No calientes la silla

¿Y por qué calentar la silla es malo? Porque el rendimiento en muchas actividades no es lineal, sino que es algo parecido a esto:

Mis habilidades con el paint dejan mucho que desear, pero te haces a la idea.

Los buenos resultados no llegan hasta que no le dedicas un gran esfuerzo, sea este esfuerzo horas, intensidad, o la métrica relevante para cada caso.

Con el gimnasio se ve muy claro: si tus músculos no reciben el suficiente estímulo, no se produce la hipertrofia y no crecen. Entrenar a medio gas es prácticamente como si entrenases.

Con la inversión es menos intuitivo pero ocurre a menudo: inversores que se informan a medias y acaban invirtiendo en productos de inversión mediocres.

Son gente que ya tiene medio recorrido hecho:

  1. No se conforma con tener el dinero parado en el banco, perdiendo poder adquisitivo por culpa de la inflación.
  2. Sabe que la inversión en bolsa no es ningún casino y genera rentabilidad a largo plazo.

Son dos condiciones imprescindibles para invertir, pero se han quedado al 50%: les falta dedicarle el tiempo suficiente a informarse cuales son los productos de inversión de calidad en los que pueden invertir su dinero.

Como no lo hacen, acaban invirtiendo en los que les aconseja el banquero de turno, que son fondos de la propia entidad (BBVA, Santander, LaCaixa…) de altas comisiones y poca rentabilidad.

Si pasaran de un 50% a un 90% de esfuerzo, que se traduce en dedicar, por ejemplo, 10 horas más a informarse sobre ETFs, fondos y dividendos, pasarían a obtener resultados mucho mejores, que se acaban traduciendo en un mayor patrimonio (convirtiendo esas 10 horas de conocimiento en las más rentables de su vida).

Cuando Taleb mató a Aristóteles

En su archiconocido libro Antifrágil, Taleb nos habla de la estrategia de la mancuerna (barbell strategy).

Esta estrategia consiste en dividir tu cartera de inversión en dos partes:

  1. Una con muy poco riesgo/volatilidad (como cuenta corrientes, depósitos…)
  2. Otra con muy alto riesgo/volatilidad (como 100% renta variable, fondos sectoriales…)

¿Por qué utilizar esta estrategia y no coger algo de riesgo medio?

Taleb nos cuenta que en mitad suelen estar productos que parecen más seguros de lo que luego realmente son, o bien parece que nos van a dar más rentabilidad de la que luego nos proporcionan.

Taleb mató a Aristóteles: La virtud no está en el término medio.

O, dicho de otro modo: o lo haces o no lo haces, pero no lo hagas a mitad.

Con la gestión de tu tiempo también puedes aplicar la estrategia de la mancuerna: O descansas o estás al 100% concrentrado en una tarea, pero nada entre medias.

Te confieso que de esto peco un poco. Dedico mucho tiempo a estar delante del ordenador trabajando en este proyecto, pero parte de ese tiempo estoy haciendo un poco de todo y un poco de nada. Quizás a ti te pasa igual.

A partir de ahora aplicaré la técnica de la mancuerna también a mi gestión del tiempo: trabajaré intensamente durante unas horas definidas y el resto del tiempo lo dedicaré a otras actividades. Pero nada de tareas que se eternizan y nos hacen buscar la dopamina barata mirando el móvil, un periódico o redes sociales.

Espero que te haya gustado este recurso y recuerda: no seas un calientasillas. Hazlo o no lo hagas, pero no te quedes a mitad.

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