La destrucción de la clase media

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En esta formación de texto, video y audio, aprenderás todo lo que tienes que saber sobre finanzas personales e inversión para que el dinero no sea nunca más un problema. Desde cero. Para ti.

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«Los ejercicios me gustaron mucho, muy prácticos y explicados paso a paso. El orden hace que sientas que vas empezando a controlar tus finanzas y, aunque partía de cero, al final del Manual ya estaba invirtiendo mi dinero. Lo recomiendo.» — Julio R., alumno del Manual

Siempre he mantenido que vivimos en la mejor época de la historia.

Y creo que es cierto para inmensa mayoría de cosas:

  • La medicina está más avanzada que nunca, y cada día que pasa va mejorando más.
  • No estás anclado al sitio donde naciste: puedes descubrir el mundo, prosperar y establecerte en muchos países completamente diferentes.
  • La educación nunca ha sido tan accesible: tienes libros, videos, charlas y cualquier tipo de formación de los mejores expertos de todos los campos a coste cero o muy bajo.
  • Y un largo etcétera.

Pero cuando hablamos de cuestiones del día a día de una persona común que vive en su ciudad de toda la vida la cosa cambia.

Mi padre matuvo a una familia de 5 miembros con un solo salario y pagó la hipoteca del piso en 10 años.

Y, como mi padre, la mayoría de personas de su generación. No era ninguna excepción.

Hoy en día, que un sólo salario pueda pagar los gastos de toda la familia y la hipoteca de un piso normal en 10 años suena imposible, sólo alcance de salarios extraordinariamente altos.

Y, aunque es cierto que detrás hubo mucho esfuerzo y menos ocio del que disfrutamos hoy en día, el coste de vida ha subido muy por encima de los salarios.

Hablando con Leonardo, un buen lector de este recurso, me compartía este fragmento del libro Madrid, de Andrés Trapiello cuando hablábamos de este tema:

Durante estos últimos veinticinco años Madrid es el mismo, y ha cambiado. Nuestros hijos nos dicen: «Nunca alcanzaremos vuestro nivel de vida. Jamás viviremos tan bien como vosotros». Es cierto. Sus hábitos y costumbres se han movido: la mayor parte de ellos viven de alquiler, sus trabajos, peor remunerados que los nuestros, no les dan para comprar una vivienda, pero eso no les impide viajar cien veces más que nosotros por el mundo, porque encuentran billetes y alojamientos muy baratos en los cinco continentes. Sienten menos apego por las cosas (cuadros, libros, propiedades) y más por los proyectos comunes. Tal vez sean individualistas. Al joven le gusta ir en grupo, y los viejos, clareados por la muerte, se van quedando solos. Esa es la vida.

¿Lo tienen más difícil las nuevas generaciones?

Pero no me quiero quedar en sensaciones de que los baby boomers tuvieron un mejor acceso a la vivienda. Quiero respaldarlo con datos.

Según datos del ABC y del INE, comparando 1978 y 2023 (pasando las pesetas a euros):

  • El salario medio anual ha pasado de 3.980€ a 25.897€.
  • La vivienda ha pasado de 198€ el metro cuadrado a 1.976€.

Es decir, que el precio de la vivienda se ha multiplicado por 10 mientras que los salarios sólo por 6,5.

El problema de estos datos es que estamos comparando medias. No es lo mismo cómo han evolucionado las viviendas y los salarios en ciudades como Barcelona que en Úbeda, por ejemplo.

Pero aún así, nos da para confirmar lo evidente: el ratio salarios-vivienda en España ha empeorado y las nuevas generaciones tienen que hacer un esfuerzo mayor para comprar vivienda.

A estos datos se le une una mayor inestabilidad laboral: ya no es sólo que los salarios sean más bajos en relación a la vivienda, es que existe incertidumbre de poder mantenerlos a largo plazo.

Cómo aprovechar las ventajas del siglo XXI

Definamos el estilo de vida del siglo XX como:

  • No querer moverte de tu ciudad de toda la vida.
  • Tener un empleo fijo por cuenta ajena.
  • Dinero en el banco y, como mucho, un plan de pensiones, confiando tu jubilación a las pensiones estatales.

Bien, el estilo de vida del siglo XX es mucho más costoso de mantener ahora que hace varias décadas.

No digo que sea un mal estilo de vida (salvo por lo de confiar tu jubilación al estado), no va por ahí esta tesis. Pero no tiene un buen encaje en este siglo y, sobre todo, no está aprovechando las ventajas que ofrece la revolución de la tecnología y los cambios de paradigmas laborales que hemos vivido estas últimas décadas.

Entonces, ¿cómo aprovechar las enormes ventajas de las que disponemos en esta era? Hay cuatro pilares que me parecen fundamentales:

  1. Trabajar en el extranjero: Te vas unos años a un país más próspero, aprendes habilidades que te van a servir toda la vida, accedes a puestos de trabajo que no podrías acceder en tu país y, si decides volverte tras unos años, lo haces con miles de euros en el banco.

    Por el precio de un billete de avión pones los pies en un entorno que multiplica el valor de tus habilidades y tu salario. Y lo mejor que te llevarás no es el dinero, son las increíbles experiencias vividas y el desarrollo personal. A día de hoy no hay mayor «hack» para progresar en la vida.
  2. Emprendimiento: Aunque los políticos cada vez lo pongan más difícil, nunca ha sido tan accesible aprender nuevas habilidades y montártelo por tu cuenta en profesiones que se pueden llevar a cabo usando un ordenador.

    Vamos encaminados a un mercado laboral donde se contrate a la gente para tareas puntuales y específicas, donde los contratos indefinidos serán menos habituales. Ser muy bueno en estas tareas te dará una ventaja enorme.
  3. Inversión: Nunca ha sido tan fácil y cómodo invertir. Desde tu smartphone puedes crearte una cuenta online (sin ir a ninguna oficina de forma física), transferir fondos, y ser dueño de un pequeño trocito de miles de empresas de todo el mundo, desde Japón hasta Estados Unidos. Piénsalo, es increíble. No aprovechar esta ventaja te deja muy atrás.
  4. Deslocalización: Si tienes un trabajo que se puede hacer remoto, ya no tienes que vivir en la gran ciudad, donde la vivienda se ha encarecido enormemente.

    Puedes vivir prácticamente donde quieras, accediendo a viviendas más adaptadas a tus necesidades (¡y caprichos!) por menos precio.

Entiendo que habrá gente que quiera seguir ese estilo de vida del siglo XX en la actualidad y les frustre ver cómo ya no es posible o cuesta demasiado y hay que hacer sacrificios en otras áreas.

Es comprensible. Pero la realidad no va a cambiar y sólo quien sepa aprovechar estas ventajas podrá vivir mejor que la generación anterior. Mucho mejor.

Tal y como dice el libro El individuo soberano, del cual recomiendo su lectura, con la llegada de la era de la información vamos caminando hacia una sociedad cada vez más desigual en rentas.

Quien sepa aprovechar los nuevos paradigmas del siglo XXI estará en la parte alta y quién no, estará en la parte baja. La parte media ya es historia.

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