Estoicismo financiero

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El estoicismo es una corriente filosófica que nos dice que no podemos controlar lo que pasa a nuestro alrededor, pero sí podemos controlar cómo pensamos y reaccionamos frente a estos eventos.

Esta semana he acabado Cartas a Lucilio de Séneca, uno de los exponentes de la escuela estoica, y no he podido evitar pensar cómo aplicar el estoicismo a nuestras finanzas personales.

Se pueden sacar muchas lecciones interesantes que nos ayudarán a manejar mejor nuestro dinero. ¡Vamos a verlas!

Entiende qué depende de ti y qué no

«Un estoico es alguien que transforma el miedo en prudencia, el dolor en transformación, los errores en iniciación y el deseo en empresa».
― Taleb

Es vital enfocar tu energía en las cosas cuyos resultados sí dependen de lo que tú hagas y no malgastar tu tiempo en lo que no. En el manejo del dinero no es diferente.

Lo que hagan los mercados financieros durante el próximo año no depende de lo que hagas tú. Está fuera de tu control. Toda la energía que pongas en intentar predecir su comportamiento a corto plazo o en estar pendiente de que su cotización suba, es energía desperdiciada.

Lo que sí puedes controlar es cómo inviertes en ellos, minimizando los riesgos y creando un sistema de inversión que de buenos resultados a largo plazo. Por ejemplo, haciendo inversiones periódicas a un ETF o fondo indexado global.

Tampoco puedes controlar al poder político dominante. Aunque creo que está bien dar la batalla de las ideas y mostrar nuestra disconformidad con el expolio fiscal que sufrimos en países como España (donde de media trabajas del 1 de enero al 13 de julio exclusivamente para el estado), estos esfuerzos son prácticamente inútiles si no vienen acompañados de acción (votar con los pies yéndote a un país mejor, proteger tu patrimonio, etc).

Uno de los pilares del estoicismo financiero es entender qué depende de ti y qué no para poner el foco en lo segundo y tomar acción en consecuencia.

Qué no depende de ti:

  • Cómo se comportan los mercados financieros.
  • Crisis económicas.
  • Inflación que hace que tus ahorros pierdan poder adquisitivo.
  • Tener una pensión estatal decente cuando te jubiles.
  • Cuántos impuestos tienes que pagar en una determinada jurisdicción.

Qué sí depende de ti:

  • Emigrar.
  • Ahorrar.
  • Invertir en productos de calidad a largo plazo.
  • Adquirir habilidades laborales que sean demandadas en cualquier entorno económico.
  • Construir un patrimonio que te proporcione más independencia del poder político.

Actúa en consecuencia.

Control y represión de emociones en la inversión

“Si estás afligido por algo externo, ese dolor no se debe al acontecimiento en sí, sino al significado que le das, y tienes el poder de eliminarlo en cualquier momento”.
― Marco Aurelio

El estoicismo insiste en la separación entre los eventos que ocurren y nuestra respuesta emocional a ellos. Hace hincapié en mantener un control y dominio de las emociones y mantener la templanza interna frente a eventos externos.

Mientras que suprimir tus emociones en tus relaciones personales me parece una pésima idea, sí que te conviene hacerlo en tu relación con el dinero. Cuanto más fría sea esa relación, mejor.

Lo podemos ver claro con dos ámbitos: el de nuestros gastos y el de nuestra inversión.

A menudo caemos en los gastos emocionales, que son las compras innecesarias que se hacen para lidiar con alguna emoción negativa como puede ser el estrés, la tristeza o incluso el aburrimiento.

También están los gastos que se hacen por estatus social, es decir, por pura envidia o por querer obtener una posición de superioridad frente a los demás, comprándonos un coche, un móvil o un reloj más caro que el compañero de trabajo.

Este tipo de gastos desaparecen bajo una filosofía estoica, donde nuestras emociones no nos controlan y donde buscamos la virtud en nosotros mismos, no en nuestras posesiones materiales o en proyectar una imagen de éxito al exterior.

Además, el control de nuestras emociones es clave en la inversión a largo plazo, donde nuestras inversiones experimentan la volatilidad de los mercados. Una persona que no controle sus emociones invirtiendo…

  • Durante las recesiones se dejará llevar por el pánico y venderá barato.
  • Durante los periodos alcistas se dejará llevar por la euforia y comprará caro.

No cayendo en este error e invirtiendo en productos como acciones de dividendo crecientes o indexados a largo plazo ya lo estás haciendo mejor que el 95% de los inversores. Sí. Tan simple (y a la vez tan complejo) como eso.

Como puedes ver, son conceptos de lo que llevo hablando en Una Vida Ideal desde hace años, aunque sin hacer referencia al estoicismo.

En tus inversiones y en tus gastos personales, la mentalidad estoica es la mentalidad que más te va a ayudar a construir un buen patrimonio a largo plazo.

Cuando los lujos empezaron a ser necesidades básicas

“Compra solamente lo necesario, no lo conveniente. Lo innecesario, aunque cueste un solo céntimo, es caro”.
― Séneca.

La riqueza no consiste en tener grandes posesiones, sino en tener pocos deseos.
― Epicteto

Conforme nuestras sociedades avanzan y se hacen más ricas, también crece lo que percibimos como necesidad básica. Lo que era un lujo para nuestros abuelos pasó a ser un capricho para nuestros padres y una necesidad para nosotros.

Seguir la filosofía estoica para tener no unas necesidades ostentosas no quiere decir que tengamos que vivir como se vivía hace 60 años, sino que debemos ser capaces de encontrar la felicidad y el bienestar en lo sencillo.

De hecho, debido a la adaptación hedónica de la que hablábamos hace dos semanas te acabas acostumbrando al lujo y al final ni lo percibes como tal ni lo disfrutas (pero sigues pagando el precio).

Personalmente, creo que este punto ha sido una de las claves en mi vida para que haya logrado un buen patrimonio en relativamente poco tiempo. Podría estar en un piso más grande, conducir un descapotable, vestir marcas de lujo… pero no busco la felicidad en esas cosas porque sé no la encontraría ahí.

Para mí, está en tener libertad de horarios, en vivir nuevas experiencias, en tener conversaciones profundas, en aprender, en irme a la cama con la conciencia tranquila… y nada de eso me cuesta mucho dinero.

Aplicar el estoicismo en tu manejo del dinero es una buena idea. Te hará poner el foco donde tienes poder de acción, evitará que cometas errores invirtiendo dejándote llevar por tus emociones y te ayudará a gastar el dinero donde obtienes mayor bienestar.

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