El apalancamiento es riqueza

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«Los ejercicios me gustaron mucho, muy prácticos y explicados paso a paso. El orden hace que sientas que vas empezando a controlar tus finanzas y, aunque partía de cero, al final del Manual ya estaba invirtiendo mi dinero. Lo recomiendo.» — Julio R., alumno del Manual

Manejar bien el apalancamiento es fundamental por dos motivos:

  1. Puede ayudarte a crear patrimonio de manera más rápida.
  2. Es indispensable si quieres tener altos ingresos.

En este recurso vamos a ver cómo podemos utilizarlo a nuestro favor.

El apalancamiento multiplica tus resultados

«Dame una palanca lo suficientemente larga y un punto de apoyo para colocarla, y moveré el mundo».

Probablemente conozcas esa frase de Arquímedes.

El apalancamiento nos permite multiplicar nuestra fuerza. Y no sólo funciona para mover una roca pesada, también para muchos otros ámbitos como el conocimiento, el trabajo o las finanzas.

Apalancarse multiplica los resultados obtenidos, para bien y para mal. Estar apalancado en una buena decisión multiplicará los beneficios, estar apalancado en una mala decisión multiplicará las pérdidas.

Podemos encontrar varios tipos de apalancamiento:

1) Conocimiento:

Cuando aprendes sobre alguna materia (como psicología, física o finanzas personales) no lo haces partiendo desde cero. Te alimentas del conocimiento de todas las personas que investigaron ese tema antes que tú.

2) Mano de obra:

Contratar a otra gente para que trabaje para ti es otra manera de apalancamiento, multiplicando tu fuerza de trabajo. Conlleva un gran coste de coordinación y requiere habilidades de liderazgo.

3) Dinero:

La forma de apalancamiento más fácil de visualizar. Puedes financiarte para potenciar una decisión económica, como puede ser comprar nueva maquinaria para tu negocio que te haga producir más.

4) Herramientas digitales:

Las redes sociales nos permiten llegar a más audiencia que nunca desde el sofá de nuestra casa.

  • Los productos digitales apenas tienen coste de escalabilidad (el coste de vender un eBook a vender 10.000 es prácticamente el mismo).
  • Un código de programación que te automatice una tarea está trabajando para ti sin descanso, día y noche.

Las nuevas herramientas digitales que han explotado en este siglo son la forma de apalancamiento más accesible.

Bien, ya hemos visto qué es el apalancamiento y qué tipos hay. ¿Cómo lo podemos aprovecharlo a nuestro favor para potenciar nuestras finanzas personales?

¿Qué es mejor, pedir hipoteca o pagar al contado?

Las hipotecas son apalancamiento del tercer tipo, utilizando dinero.

En principio, parece claro que financiar la menor cantidad posible es la mejor opción, porque así se pagan menos intereses al banco. Pero no es tan sencillo.

Pagar al contado (es decir, pagar en el momento el precio total de la vivienda) no es una opción para la mayoría de personas, pues se trata de una cantidad de dinero enorme.

Lo que vamos a ver no sirve sólo para hipoteca vs. pagar todo al contado. La idea se puede usar también para todo lo que hay en medio, por ejemplo, hipoteca financiando el 80% vs. hipoteca financiando el 50%. La idea para determinar qué es mejor es la misma.

Bien, vamos con la comparación. Lo que hay que enfrentar aquí son dos elementos:

Por un lado tenemos los sobrecostes de una mayor financiación de la hipoteca. Si financias una mayor cantidad de dinero vas a pagar mayores intereses al banco.

En el otro lado, tenemos la rentabilidad que sacaríamos de no descapitalizarnos tanto. Es decir, que si te financias más, tienes más dinero que no has dedicado a la compra de la vivienda y sí puedes dedicarlo a la inversión.

Suena un poco lioso, pero vamos a verlo con un ejemplo (simplificado, con valores aproximados) en el que lo entenderás sin problema:

Queremos comprar una vivienda que sale por 100.000€ (incluyendo impuestos y gastos de la compra) y disponemos de 100.000€ en el banco.

Opción 1 – Hipoteca financiando el 80%

  • Ahorro aportado: 20.000€
  • Interés de la hipoteca (fijo 2%, 30 años): 30.500€
  • Cuota de la hipoteca: 300€/mes
  • Total a pagar 300€ x 30 años x 12 meses = 108.000€

El resto (80.000€) lo invertimos en fondos indexados durante el mismo periodo de la hipoteca, 30 años. Suponiendo un 6% anualizado obtendremos 459.000€.

Total: 459.000€ – 108.000€ = +351.000€ más la casa pagada a los 30 años.

Opción 2 – Hipoteca financiando el 50%

  • Ahorro aportado: 50.000€
  • Interés de la hipoteca (fijo 2%, 30 años): 21.000€
  • Cuota de la hipoteca: 185€/mes
  • Total a pagar 185€ x 30 años x 12 meses = 66.500€

El resto (50.000€) lo invertimos en fondos indexados durante el mismo periodo de la hipoteca, 30 años. Para hacer una comparación justa, añadimos la diferencia de la cuota de las hipotecas entre la opción 1 y 2, es decir, invertiremos 115€ mensuales en estos fondos indexados.

Suponiendo un 6% de rentabilidad anualizada, nos da 403.000€

Total: 403.000€ – 66.500€ = +336.500€ más la casa pagada a los 30 años.

Opción 3 – Sin hipoteca

  • Ahorro aportado: 100.000€

Empezamos la inversión en fondos indexados desde cero puesto que nos hemos descapitalizado, pero añadimos 300€ al mes (la cuota de la opción 1 que en esta opción no tenemos que pagar, para hacer una comparación justa).

Suponiendo un 6% de rentabilidad anualizada, nos da 301.000€ invertido más la casa pagada a los 30 años.

En este ejemplo saldría mejor la opción 1, en la que pedimos la máxima financiación, pero podría haber salido un resultado diferente.

Este resultado no se puede generalizar porque depende de unos números concretos. Si la rentabilidad esperada por tus fondos indexados fuese menor y/o el tipo de interés de la hipoteca fijo mayor, la opción de pagar todo al contado sería más atractiva.

Si alguna vez te encuentras ante una decisión así, te toca hacer tus propios números para ver qué sale más rentable en tu caso.

También entra en juego el factor psicológico, y es que mucha gente prefiere no tener deudas de ningún tipo, a pesar de que el apalancamiento financiero utilizado con cabeza puede ser más rentable desde el punto de vista económico.

Mantén un suelo firme y no limites tu techo

Como la anterior sección ha sido intensa con muchos números, voy a mantener esta breve.

El apalancamiento suena muy bien, pero conlleva una responsabilidad.

Si una empresa quiebra, el trabajador por cuenta ajena simplemente se marchará a otra empresa, mientras que el emprendedor (que utilizaba el apalancamiento de mano de obra) se arruina.

Si tomas una mala decisión financiera apalancado, las pérdidas se multiplican.

La clave del apalancamiento es (1) mantener un suelo firme, es decir, que en el caso de que no salgan bien las cosas no te quedes en la más absoluta ruina y (2) no limitar tu techo, y que las posibles ganancias sean mucho más altas (y más probables) que las posibles pérdidas.

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