Cuando la simplicidad bate a la complejidad

¿Quieres conseguir una mayor libertad económica?

¡El Manual de Educación Financiera ya está disponible!

En esta formación de texto, video y audio, aprenderás todo lo que tienes que saber sobre finanzas personales e inversión para que el dinero no sea nunca más un problema. Desde cero. Para ti.

Cuando lo acabes (te llevará unas 10-15 horas), habrás puesto tus finanzas personales en orden y estarás invirtiendo para crear una vida con más libertad.

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«Los ejercicios me gustaron mucho, muy prácticos y explicados paso a paso. El orden hace que sientas que vas empezando a controlar tus finanzas y, aunque partía de cero, al final del Manual ya estaba invirtiendo mi dinero. Lo recomiendo.» — Julio R., alumno del Manual

Pues a lo tonto hemos llegado a la newsletter número 100. ¡Qué atrás queda esa primera edición el 20 de septiembre de 2020!

Durante estas cien ediciones hemos hablado de todo: finanzas personales, inversión, psicología del dinero y mucho, mucho más. Siempre he procurado hacer contenido práctico, que invite a reflexionar y a hacer cambios en nuestra vida para mejorarla.

La newsletter de hoy trata sobre por qué no debes perseguir la complejidad y la eficiencia a toda costa, pero antes de ir al tema te prometí que tenía algo gordo que anunciar, y ahí va:

Me he sacado el certificado de asesor financiero International Certificate in Wealth & Investment Management, y he creado una página web donde he empezado a dar mis servicios: jesusaguilar.es (la página aún está en construcción, pero va cogiendo color)

Si necesitas asesoramiento financiero personalizado y te gusta mi filosofía de inversión, ya sabes dónde puedes acudir.

Esto me anima también a crear contenido algo más técnico, aunque ese lo suelo publicar en la página de Una Vida Ideal, como el análisis de Baelo Dividendos Crecientes o el de MyInvestor Cartera Permanente.

La newsletter la dejo para reflexiones financieras entre tú y yo. Vamos a ello, que la de hoy estoy seguro de te gustará:

No sigas un presupuesto (a largo plazo)

Yo siempre recomiendo a quien empieza a cuidar de su dinero que coja libreta y boli (me vale una app del móvil o un excel) y empiece a anotar TODOS sus gastos e ingresos durante varios meses.

Es una tarea pesada, pero merece la pena: la mayoría de la gente no tiene ni idea de a dónde va su dinero y este ejercicio les da una información muy importante sobre qué recortar o aumentar para ganar en calidad de vida y mejorar sus finanzas.

Pero esto mismo que recomiendo hacer por unos meses, no lo recomiendo hacer a largo plazo. Yo mismo no lo hago.

¿Por qué? Por varios motivos:

  1. El primero es que es una tarea que requiere cierto tiempo. Y yo cuido de mis finanzas para ganar tiempo, no para que me lo quite.
  2. El segundo motivo es que algunas personas se pueden obsesionar con el control y caer en no tomarse una Coca Cola con los amigos porque no estaba programada en su hoja de cálculo.
  3. El tercero es el más importante. Y es que este ejercicio se hace para interiorizar el valor del dinero y encontrar un equilibrio entre presente (consumiendo ahora) y futuro (ahorrando e invirtiendo para consumir después).

    Una vez lo entiendes, no tienes que consultar un gráfico en el excel para saber que comprarte un nuevo móvil a plazos cuando el tuyo funciona o dejarte 280€ en lotería de navidad es una pésima decisión financiera.

Usando la terminología de Taleb:

  • Quien nunca ha cuidado sus finanzas es frágil:
    Cualquier contratiempo financiero (una avería del coche, el frigorífico se rompe…) les deja fuera de juego. No duermen esas semanas y tienen que llamar a sus padres o a Cofidis.
  • Quien sigue de manera muy estricta un presupuesto es robusto:
    Se defienden bien en el día a día y, desde luego, capean mejor los malos tiempos que los frágiles. Eso sí, hay cambios grandes que el excel no aguanta y todo el plan se rompe por completo. Lleva a crisis existenciales cada cierto tiempo: ¿para esto he ahorrado? ¿debería fundírmelo todo como hacen los demás y vivir al día?
  • Quien ha interiorizado el valor del dinero y el equilibrio presente-futuro es antifrágil:
    La vida es muy cambiante y saben incoroporar nueva información a su plan financiero a largo plazo. Se adaptan. Tienen la confianza de saber que en el futuro les irá bien mientras saben disfrutar el presente.

¿Está justificada la complejidad en la inversión?

Los inversiones que tienen mejor rentabilidad son los que están muertos, porque no tocan su cartera.

Es una frase tremenda, pero es así. Alguien que siga un plan ridículamente simple como es invertir en fondos indexados poco a poco cada mes, sin mirar balances, sin saber lo que es el PER, sin entender macroeconomía ni geopolítica… Acaba teniendo mayor rentabilidad a largo plazo que un supuesto experto trader que persigue tendencias y se tira 10 horas al dia mirando gráficos de velas.

No obstante, sí que se le puede dar una vuelta de tuerca y mejorar el ratio rentabilidad-riesgo de tu cartera de inversión sin entrar en excesiva complejidad.

Por ejemplo, ver si la volatilidad o la máxima caída de tu cartera concuerda tanto con tu horizonte temporal como con la que estás dispuesto a asumir como inversor.

Son variables accesibles y sencillas de entender pero que los más novatos ignoran porque sólo se fijan en la rentabilidad y los más experimentados olvidan buscando métricas e inversiones más complejas.

Todos sabemos decir la rentabilidad que esperamos a largo plazo de nuestra cartera, pero, ¿sabes también qué volatilidad y qué máxima caída esperas?

Ahí te dejo la reflexión.

Ver un atardecer nunca es tiempo perdido

Esta obsesión por la optimización y eficiencia no se queda sólo en el excel de finanzas: también la trasladamos a nuestra vida diaria.

No sé si será tu caso, pero muchos de nosotros caemos en sobreoptimizar también nuestro día a día.

Y ojo, está genial aprovechar el tiempo y cumplir buenos hábitos diarios: ejercicio, meditación, lectura… Pero hay que tener mucho cuidado si la satisfacción viene no de la actividad en sí misma (como debería), sino de haber tachado otra cosa de la lista.

En otras palabras, te deberían de saltar las alarmas si no disfrutas leyendo, sino el hecho de haber leído.

Te confieso que soy el primero que cae en estos errores.

Por ejemplo, el otro día estaba dando un paseo por la playa mientras escuchaba un podcast… en lugar de escuchar el sonido de las olas y dejar a mi mente divagar durante esa media hora. Ya habría tiempo de escuchar ese podcast en otro momento y en otro lugar con menos encanto.

Hace 22 años Manolo García cantaba en aquello de “Nunca el tiempo es perdido”. Y cada vez le encuentro más sentido a esa frase.

Tanto en nuestras finanzas personales como en nuestra inversión o en nuestro día a día a veces caemos en la sobreoptimización. En buscar la eficiencia como robots. En tachar cosas de la lista.

Pero recuerda que ver un atardecer jamás será tiempo perdido. Y que lo complejo no es mejor por el hecho de ser complejo, a menudo la simplicidad acaba batiendo a la complejidad.

Y hasta aquí la newsletter número 100. Espero que la hayas disfrutado y me acompañes en las cien siguientes.

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