En esta formación de texto, video y audio, aprenderás todo lo que tienes que saber sobre finanzas personales e inversión para que el dinero no sea nunca más un problema. Desde cero. Para ti.
Cuando lo acabes (te llevará unas 10-15 horas), habrás puesto tus finanzas personales en orden y estarás invirtiendo para crear una vida con más libertad.
Acceder ahora«Los ejercicios me gustaron mucho, muy prácticos y explicados paso a paso. El orden hace que sientas que vas empezando a controlar tus finanzas y, aunque partía de cero, al final del Manual ya estaba invirtiendo mi dinero. Lo recomiendo.» — Julio R., alumno del Manual
No pensamos de manera objetiva con un punto de referencia común sino de manera relativa.
En el gimnasio, en el trabajo, en redes sociales… Estamos continuamente consumiendo información, evaluándola y comparándola con nuestra situación actual.
Y aunque tiene su utilidad (más adelante hablaremos de ello), suele ser una receta perfecta para la insatisfacción vital en cualquier campo de tu vida: laboral, finanzas personales, relaciones, físico…
En este recurso te voy a mostrar varios estudios con resultados fascinantes sobre el poder que tiene la comparación en nosotros y exploraremos herramientas que puedes usar para utilizar la comparación a tu favor y no en tu contra:
Cuando el bronce sabe mejor que la plata
En el estudio llamado “When Less Is More: Counterfactual Thinking and Satisfaction Among Olympic Medalists”, se analizaron las expresiones faciales de los medallistas olímpicos del 92.
Todos preferiríamos ganar una plata que un bronce, pero este estudio indicaba unos resultados sorprendentes: los medallistas que consiguieron el bronce tendían a estar más felices que los que consiguieron la plata.
¿Y por qué ocurre este fenómeno?
Porque pensamos -los atletas no son diferentes- en lo que podía haber sido. Quien consigue la plata piensa en que podría haber conseguido el oro y quien consigue el bronce piensa que podría haberse quedado fuera del podio.

Curioso, ¿verdad?
Pero esto no es un fenómeno que se queda sólo en las competiciones entre atletas, también nos pasa a nosotros en situaciones de lo más cotidianas.
Normalmente funcionamos por comparación, no evaluamos nuestras metas y logros de forma objetiva sino subjetiva en relación a los demás.
Encuentras un nuevo trabajo que te gusta y el salario te permite tener una vida cómoda. Estás muy feliz con tu nueva vida hasta que descubres que ese compañero de carrera con el que has seguido una trayectoria laboral similar, cobra un 10% más que tú.
De repente, ese trabajo que tanto te gustaba ya te parece menos atractivo. Objetivamente tu vida es la misma (te sigue llegando el mismo dinero a la cuenta y tu día a día no cambia) pero lo percibes diferente, te sientes más insatisfecho.
Como puedes ver, es un fenómeno que tenemos que evitar a toda costa ya que nos puede generar una insatisfacción infundada, pero, ¿cómo podemos solucionar esto? Vamos a profundizar un poco más:
(Re-)Define tus puntos de referencia
Uno de los estudios más interesantes que he encontrado relaciona las finanzas personales, la lotería y la comparación.
Se titula “The Effects of Lottery Prizes on Winners and Their Neighbors: Evidence from the Dutch Postcode Lottery”, que concluye que los vecinos que vivían al lado de los premiados con un coche nuevo en la lotería, tenían el doble de posibilidades de comprarse un coche nuevo que el resto de habitantes de la zona.
¿Te das cuenta?
Nuestros puntos de referencia influyen de manera directa en nuestro comportamiento. Y esto es muy peligroso.
Da igual que hablemos de dinero en el banco, de nuestro aspecto físico o de nuestro trabajo: elige mal tus puntos de referencia y correrás el riesgo de vivir en la insatisfacción toda tu vida.
Por eso, te traigo diferentes estrategias que puedes seguir para combatir este fenómeno:
- Tu “yo” del pasado es tu mejor punto de referencia:
Recuerda cuando querías estar donde estás ahora. Ha pasado mucho tiempo, pero seguro que hace unos años soñabas con tener el trabajo, el patrimonio, las relaciones o algún aspecto de tu vida que tienes ahora y no tenías antes. - Moldeas la realidad a través de lo que consumes:
Si ves un programa de televisión donde millonarios enseñan sus lujosas casas, la tuya te parecerá insuficiente y vulgar.
Las redes sociales hacen un daño tremendo en este aspecto: son escaparates de highlights que educan a tu cerebro para pensar que todo el mundo está viviendo una vida fantástica, haciendo planes increíbles y viajando… menos tú. Como sabrás, la realidad es muy diferente. Cuida lo que consumes y el contenido al que te expones. - Entiende mejor el mundo:
La mayor causa de envidia viene por no entender el concepto de suma positiva.
Por ejemplo, la riqueza es algo dinámico que se crea, no algo estático. Para que tú ganes dinero, no tiene que perderlo otro.
Lo mismo pasa con otros aspectos de la vida. Que al vecino le vayan bien las cosas es bueno para ti, aunque la reacción de mucha gente sea sentir envidia y desear internamente que le vayan peor las cosas para verse ellos mejor por (absurda) comparación.
Si bien estas estrategias te van a ayudar a estar más satisfcho viendo tu vida de manera más objetiva, la comparación es, a veces, inevitable. Pero esto no es malo, porque le puedes sacar partido:
Los dos caminos que puedes tomar frente a la comparación
Comparar tu situación con la de los demás es en mucho casos necesario y te aporta información muy valiosa.
Pero debes saber que hay dos caminos: el de la motivación y el de la envidia.
Por ejemplo, si te das cuenta que otras personas de una cualificación similar a la tuya están cobrando salarios más altos que tú, puedes hacer dos cosas:
- Informarte de cómo lo están haciendo (por ejemplo, si han hecho alguna formación extra que tú no que esté bien valorada en el mercado) y buscar nuevas oportunidades laborales donde te valoren mejor [Camino de la motivación].
- Achacarlo a la suerte y a la injusticia para a continuación desear que les vaya un poquito peor para que en comparación no estés tan por debajo [Camino de la envidia].
Por este mismo motivo pienso que es muy perjudicial que existan tantos tabúes para hablar del dinero.
Si todos hablásemos abiertamente de cuánto ganamos, qué patrimonio tenemos y cómo lo tenemos invertido, podríamos (los que seguimos el camino de la motivación) aprender de los aciertos de los demás, entender cómo lograrlos para que nos vaya mejor en la vida y replicarlos.
Lamentablemente esta práctica no se lleva a cabo más a menudo por la toxicidad de los que siguen el camino de la envidia.
Entender mejor cómo nos comparamos y cómo podemos redefinir nuestros puntos de referencia nos ayuda a vivir una vida con más satisfacción, siendo felices con lo que tenemos sin perder de vista nuestra ambición por mejorar.
Cada domingo envío un email con ideas y recursos potentes para que aprendas a manejar tus finanzas e invertir.
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