En esta formación de texto, video y audio, aprenderás todo lo que tienes que saber sobre finanzas personales e inversión para que el dinero no sea nunca más un problema. Desde cero. Para ti.
Cuando lo acabes (te llevará unas 10-15 horas), habrás puesto tus finanzas personales en orden y estarás invirtiendo para crear una vida con más libertad.
Acceder ahora«Los ejercicios me gustaron mucho, muy prácticos y explicados paso a paso. El orden hace que sientas que vas empezando a controlar tus finanzas y, aunque partía de cero, al final del Manual ya estaba invirtiendo mi dinero. Lo recomiendo.» — Julio R., alumno del Manual
Una de las cosas más útiles que se pueden enseñar es educación financiera. El dinero es algo que vamos a usar toda nuestra vida, así que el valor de aprender a manejarlo bien desde jóvenes es enorme.
En esta edición te cuento cómo enseñar finanzas personales tanto a niños/adolescentes que están empezando a interactuar con el dinero como a adultos que nunca han mostrado interés en el tema.
¡Vamos a ello!
Plantar la semilla de la curiosidad
Aunque la educación estatal se empeñe en lo contrario (con nefastos resultados), queramos o no, el aprendizaje viene siempre desde el alumno.
Tratar de forzar la enseñanza tiene unos resultados pésimos. Todos sabemos la gran cantidad de “conocimientos” que nos impartieron en la escuela y de los cuales no recordamos prácticamente nada.
En cambio, recuerdas perfectamente lo que has aprendido por tu cuenta. Y da igual el tema que sea (historia, nutrición, literatura…) la única manera de aprender de verdad es que la curiosidad salga de ti.
Y es ahí donde tenemos que hacer el esfuerzo, en plantar la semilla de la curiosidad para que sea el propio alumno quien empiece a cuestionarse las cosas y a hacer preguntas.
Con la educación financiera esto se puede hacer de varias maneras:
4+1 estrategias para fomentar el aprendizaje de las finanzas personales
1- Dar un buen ejemplo
Cuando somos niños aprendemos principalmente por imitación, pero también de adultos tendemos a comportarnos de la misma manera de la gente de nuestro alrededor. ¿Has escuchado alguna vez la frase de “eres la media de las 5 personas con las que más tiempo pasas”?
Lo primero que debes hacer para enseñar educación financiera es dar un buen ejemplo. Si eres lector habitual de Una Vida Ideal, sé que eso ya lo haces, así que pasemos al siguiente punto.
2- Ser transparente con tus cuentas
Las finanzas personales suelen ser tabú en los países hispanos, también dentro de las casas.
Y es una lástima, porque una de las mejores formas de aprender finanzas personales y de que nazca la curiosidad en los más jóvenes es ser transparente con las cuentas de la casa. Por ejemplo, compartiendo cuánto se ingresa (y de qué fuentes) y cuánto se gasta en cada partida presupuestaria.
De lo contrario, luego llegan a adultos y no saben cuánto suele costar la comida durante un mes o cuánto es normal pagar por la factura de la electricidad.
Hablando de estos temas delante de ellos de una manera transparente, irán absorbiendo el conocimiento e irán haciendo preguntas interesados de forma natural.
3- Tener su propio presupuesto personal
Algo que se puede hacer desde muy pequeños hasta que tengan sus propios ingresos es que tengan su propio presupuesto personal y que tengan que tomar decisiones.
Esto último es lo fundamental. Que tengan que pensar, hacer cálculos y priorizar. ¿Me compro uno de esto o dos de aquello? ¿Me abstengo de comprarme algo esta semana para juntarlo con la paga de la siguiente y comprarme algo más caro?
Por supuesto, podemos ayudarles a tomar decisiones, explicándoles los pros y los contras de cada una, pero la decisión debe de ser (y sentirla como) suya.
Darle este poder de decisión desde jóvenes y que experimenten las consecuencias va desarrollar su cálculo financiero y su toma de decisiones.
4- Premiar las decisiones largoplacistas
Ligado con el punto anterior, podemos reforzar las decisiones con carácter largoplacista para que perciban los beneficios de manera más directa.
Con un ejemplo se entiende mejor lo que quiero decir:
Explicar a un niño de 8 años el interés compuesto que te proporciona la inversión parece una tarea difícil. Pero lo podemos simplificar diciéndole que a lo que ahorre de una semana para otra, tú añadirás la mitad extra (Si su paga es de 10€ y ahorra 4€ al final de la semana, tú añadirás otros 2€ extra a su ahorro).
Esto es tan sólo un ejemplo de cómo hacerle entender de una forma directa desde jóvenes que preocuparse por el futuro tiene premio. El método y las características las puedes adaptar según su edad y preferencias.
La estrategia número 5 es abrirle una cuenta de inversión. La cantidad da exactamente igual, y te cuento por qué en la siguiente sección.
Por qué debes abrirle una cuenta de inversión a tus hijos
Como hemos visto en la primera sección, hay que plantar la semilla de la curiosidad y que surjan preguntas de manera natural. Y no hay mejor estrategia que la de abrirle una cuenta de inversión a quien quiera aprender educación financiera.
Hoy en día existen muchos productos financieros para menores de gran calidad, invirtiendo en fondos indexados. Por ejemplo, los tienes en Indexa Capital o en MyInvestor.
La idea es abrirle una cuenta y, una vez al mes, hacer las aportaciones juntos y que vea todo el proceso de primera mano. También debéis echar un vistazo a la cotización y ver la gráfica de cómo va fluctuando. Incluso cuando sea más mayor podéis ver qué empresas conocidas tiene en propiedad (algo que le sorprenderá) mediante su inversión, aunque sea una parte ínfima.
Las preguntas le surgirán de forma natural: ¿por qué ha bajado? ¿cuándo va a recuperarse? ¿qué son esas comisiones? ¿por qué el año pasado ganamos más que este? ¿estoy invirtiendo en Nintendo? etcétera.
Esas preguntas son la clave y el objetivo que buscamos, dado que es lo que hará entender e interiorizar cómo funciona la inversión. Es una de las lecciones más valiosas que va a aprender.
Como ves, el dinero invertido en sí no es relevante, porque las preguntas surgirán independientemente de si inviertes 10€ o 300€ al mes.
Si quieres aportar cantidades altas para pagar su universidad o para que no parta de cero cuando se independice es tu decisión. Pero aunque parezca contraintuitivo, la cantidad final de su inversión es algo secundario: es mucho más valioso el aprendizaje que se va a llevar.
Bien, como has podido ver, lo que hemos hablado en este recurso es especialmente útil para que los jóvenes aprendan finanzas personales, pero muchos de estos métodos también los puedes utilizar con adultos, por ejemplo, con tu pareja.
La educación financiera es una habilidad imprescindible en el siglo XXI, por eso me gusta tanto divulgarla. Es muy positivo que estés leyendo esto porque quieres transmitir educación financiera a tus seres queridos.
Espero que te haya gustado y, sobre todo, que te haya sido útil y puedas ponerlo en práctica.
Cada domingo envío un email con ideas y recursos potentes para que aprendas a manejar tus finanzas e invertir.
Además, los primeros días recibirás gratis una formación express sobre finanzas.