Cómo afecta la adaptación hedónica a tus finanzas personales

¿Quieres conseguir una mayor libertad económica?

¡El Manual de Educación Financiera ya está disponible!

En esta formación de texto, video y audio, aprenderás todo lo que tienes que saber sobre finanzas personales e inversión para que el dinero no sea nunca más un problema. Desde cero. Para ti.

Cuando lo acabes (te llevará unas 10-15 horas), habrás puesto tus finanzas personales en orden y estarás invirtiendo para crear una vida con más libertad.

Acceder ahora

«Los ejercicios me gustaron mucho, muy prácticos y explicados paso a paso. El orden hace que sientas que vas empezando a controlar tus finanzas y, aunque partía de cero, al final del Manual ya estaba invirtiendo mi dinero. Lo recomiendo.» — Julio R., alumno del Manual

La adaptación hedónica es en parte culpable de las compras impulsivas y de la insatisfacción que nos produce nuestra vida rutinaria, incluso aunque ahora vivamos la vida con la que soñábamos años atrás y hayamos alcanzado metas que nos parecían imposibles.

Sin embargo, también está detrás de nuestra evolución como especie y de que podamos tener una vida satisfactoria después de sufrir eventos trágicos.

En este recurso vas a ver qué es la adaptación hedónica, cómo afecta a tus finanzas y cómo puedes solucionar sus efectos negativos.

Así se adapta tu cerebro a tus nuevas circunstancias

Después de ahorrar durante años, negociar la hipoteca con cinco bancos diferentes y encontrar una vivienda que se adapte a tus necesidades, compras un piso que te enamora.

Parece que todo es perfecto: el barrio te gusta, los vecinos son amables, decoras el piso a tu gusto… las primeras semanas estás en una nube, muy feliz con la compra. Sin embargo, pasado un mes el subidón se te ha pasado.

Hace muy poco tiempo te hacía una ilusión enorme ser dueño de tu propio piso, ahora es algo normal en tu vida, no le das ninguna importancia.

Esto es un caso de adaptación hedónica.

Ocurre también al revés:

Estás muy a gusto en tu trabajo, pero la empresa se cambia de país y pierdes el empleo que tanto te gustaba.

Encuentras otro a las pocas semanas, pero no te llena lo mismo: es menos creativo, la oficina está más lejos y no acabas de encajar bien con tus nuevos compañeros de trabajo.

Durante las primeras semanas echas mucho de menos tu antiguo empleo y te quejas constantemente al llegar a casa. Pero pasado un tiempo, se te pasa y vuelves al nivel de satisfacción que tenías en el anterior trabajo.

De nuevo es un proceso de adaptación hedónica, pero esta vez frente a un evento negativo. También pasa con situaciones más duras, como quien se adapta hedónicamente a una enfermedad o una discapacidad.

Durante tu vida, has pasado durante diferentes adaptaciones hedónicas, donde tu nivel de bienestar se adapta rápidamente después de vivir eventos positivos o negativos.

El por qué tenemos adaptaciones hedónicas no está claro. Puede ser un mecanismo de supervivencia, para mantener equilibrio emocional cuando se dan cambios drásticos en nuestra vida. También puede responder a un mecanismo evolutivo: si no existiese la adaptación hedónica, un único acto de apareamiento nos mantendría satisfechos para siempre, sin sentirnos motivados a hacerlo de nuevo, reduciendo las posibilidades de tener descendencia.

Hoy en día tenemos la adaptación hedónica muy presente, especialmente en cómo utilizamos nuestro dinero para buscar felicidad.

Vamos a verlo en la siguiente sección.

El impacto de la adaptación hedónica en tus finanzas personales

Vivimos en una era ultraconsumista. Hace unas décadas si querías comprar algo tenías que ir a una tienda física a por él. Hoy tienes catálogos infinitos de cosas que puedes comprar desde tu sofá en un click gracias a tu móvil.

A diferencia de las compras en las tiendas, tienes que esperar unos días a que te llegue el producto (cada vez menos), pero eso no es ningún problema para los neurotransmisores de tu cerebro.

Que no tengas el producto inmediatamente es, sorprendentemente, algo secundario. Liberamos una gran cantidad de dopamina con el simple hecho de navegar en el catálogo de productos, comparar distintos modelos y hacer click en comprar.

Además, te hace olvidarte por un momento de la vida que llevas. Si has tenido un día de mierda, comprarte una tontería en AliExpress o Amazon te distrae por un rato y te hace sentir mejor.

El problema es que gracias a la adaptación hedónica, al poco tiempo te sienes igual de mal pero ahora tienes una freidora sin aceite, un quemador de inciensos o un batidor de huevos eléctrico en tu piso. Y unos cuantos euros menos en tu cuenta bancaria, claro.

Las compras compulsivas destrozan finanzas personales por completo. Gente que podía tener una buena tranquilidad financiera que se ven ahogados con deudas y no llegar a fin de mes.

A menudo crea un círculo vicioso donde te sientes mal por derrochar el dinero comprando cosas que no necesitas… y acabas comprando más de manera impulsiva para hacerte sentir mejor.

Si alejamos un poco el zoom del problema de las compras impulsivas, vemos que se trata de la batalla entre gratificación inmediata y gratificación aplazada. En cierto modo, es el cortoplacismo vs largoplacismo del que tanto he hablado en otros recursos.

Si sólo piensas en la gratificación inmediata, el resultado es claro: tus finanzas personales serán una ruina, tu patrimonio nunca despegará y gracias a la adaptación hedónica estarás igual de insatisfecho que antes al poco tiempo.

En cambio, si pones el foco en la gratificación aplazada, obtendrás un mayor bienestar en el largo plazo e incluso en el corto (es difícil ser feliz sufriendo ansiedad por los problemas de dinero). No dependerás de chutes de dopamina baratos y fugaces.

Yo lo tengo claro: soy largoplacista y lo tengo muy interiorizado. Llevo un estilo de vida frugal donde busco la felicidad en el aprendizaje, en el deporte, en las relaciones, en estar satisfecho con lo que tengo mientras trabajo para conseguir la vida que quiero.

Remedios caseros contra la adaptación hedonista

En mi opinión, nada funciona mejor para adquirir la mentalidad largoplacista con tu dinero que coger una calculadora de interés compuesto y ver cómo puede evolucionar tu patrimonio a lo largo del tiempo.

Da igual que inviertas 100, 300 o 1500€ al mes. La inversión va a mejorar sí o sí tu calidad de vida porque te permite alcanzar un patrimonio que de otro modo hubiese sido imposible.

Y ese patrimonio te proporcionará más libertad de disponer de tu tiempo y la posibilidad hacer actividades (como viajar) que si no hubieses invertido no podrías pagar.

Pero la adaptación hedónica no sólo se aplica a las finanzas, sino que engloba todos los ámbitos de nuestra vida. Y para ello, te traigo una serie de técnicas estoicas que yo considero especialmente útiles y aplico a mi vida de forma diaria:

Visualización negativa: Imagina todo lo que pudo salir mal en tu vida. Para empezar, podrías haber nacido en Nigeria (que tiene más población que tu país) en una familia sin recursos. Podrías haber nacido en Siria y sólo haber conocido la guerra y los desastres. O podrías haber nacido donde finalmente naciste, pero con una discapacidad o una enfermedad degenerativa.

Hay tantísimas cosas que podían haber salido mal… pero salieron bien. La visualización negativa nos permite desear aquello que ya tenemos. Y en consecuencia, valorarlo más.

Gratitud: Muy ligada a la visualización negativa. Cada noche escribo 3 cosas por las que estoy agradecido, y aunque no mejora tu vida mágicamente, sí que te hace estar más satisfecho y feliz con tu situación actual (sin quitarte ambición para mejorar).

Haz esta práctica tú mismo (si te parece una tontería, con más razón tienes que hacerla) y verás como la vida se ve de otra manera.

Memento Mori: En twitter sigo a un bot que te recuerda diariamente que morirás. El objetivo no es ser impulsivos y gastarnos todo nuestro dinero porque la vida se acaba, sino hacer las cosas de forma más consciente, aprovechando las oportunidades de cada día. Los estoicos no practican el memento mori para cambiar sus actividades diarias, sino para cambiar el estado mental mientras se realizan dichas actividades.

Estar vivos es una suerte que no tiene todo el mundo. Cada noche, la parca gira la ruleta de la fortuna y hace una lista de gente que va a dejar este mundo. Hay una posibilidad (más o menos grande, pero existe) de que tu nombre figure en esa lista.

Teniendo presente esto, quizás la mala cara que te puso el vecino o la freidora sin aceite que “necesitas” comprarte, pasen a un segundo plano.

La adaptación hedonista está muy presente en nuestras vidas. Entendiendo cómo funciona podemos hacerle frente para estar más satisfechos con lo que tenemos actualmente y mantener unas finanzas sanas que nos permitan lograr la vida que deseamos. Espero que este recurso haya puesto su granito de arena a este propósito.

Subscribe Form

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *