En esta formación de texto, video y audio, aprenderás todo lo que tienes que saber sobre finanzas personales e inversión para que el dinero no sea nunca más un problema. Desde cero. Para ti.
Cuando lo acabes (te llevará unas 10-15 horas), habrás puesto tus finanzas personales en orden y estarás invirtiendo para crear una vida con más libertad.
Acceder ahora«Los ejercicios me gustaron mucho, muy prácticos y explicados paso a paso. El orden hace que sientas que vas empezando a controlar tus finanzas y, aunque partía de cero, al final del Manual ya estaba invirtiendo mi dinero. Lo recomiendo.» — Julio R., alumno del Manual
Este recurso es peligroso. Hablamos del éxito y de los deseos.
Puede hacerte replantearte muchas cosas de tu vida y cambiar a mejor. No alargo más la introducción porque hay mucha madera que cortar.
Nuestros deseos nos hacen infelices
No sé quién dijo aquella fórmula de que la felicidad es igual a la realidad menos las expectativas.
Aunque la felicidad sea mucho más compleja que eso, si que esta frase esconde un potente significado detrás.
Y es que, las expectativas que nosotros mismos nos ponemos (o peor aún, que otros nos imponen), son el marco de referencia con el que comparamos nuestra realidad:
- Si nuestros resultados están peor que las expectativas, nos sentiremos insatisfechos y tristes.
- Si nuestros resultados están mejor que las expectativas, estaremos satisfechos y contentos.
Si esperabas sacar un 7 en un examen y te encuentras con un 5, te enfadarás bastante. En cambio, si recibes un 9 seguro que te alegra el día.
Y aunque cumplas las expectativas, siempre hay una nueva meta en frente. Acabas de subir a la cima de la montaña y ya estás pesando en el próximo pico.
Porque claro, pararte a disfrutar de la cima y sus vistas sería muy poco ambicioso. O eso nos han querido vender.
Déjame decirte que ser ambicioso no es incompatible con disfrutar de lo que tienes en la actualidad. Ese es uno de mis lemas y lo intento transmitir desde Una Vida Ideal:

Pero no todas las expectativas son tan básicas como un examen.
Muchas de estas expectativas son decisiones vitales como qué trabajo deberías tener, dónde deberías vivir o de cuántos miembros tiene que ser tu familia.
La mayoría de estas expectativas las hemos adquirido desde pequeños, impuesta desde nuestro círculo cercano o desde la sociedad.
Y las hemos seguido sin pararnos a pensar qué es lo que queremos nosotros. En piloto automático.
¿Tus deseos son tuyos?
Esta es la receta que la sociedad nos dice que debemos seguir para nuestra vida:
- Busca un trabajo fijo donde sea.
- Cómprate un coche con los primeros sueldos.
- Cásate.
- Cómprate una casa.
- Ten hijos. Tres mejor, para ser familia numerosa.
- En cuanto puedas, cómprate un coche mejor y presume de vacaciones (todo financiado).
Desde luego, esta no es una receta para todo el mundo. De hecho, es una receta para la infelicidad para mucha gente que la han seguido ciegamente.
Y muchos de estos deseos los tenemos metidos muy en el subconsciente. Sin ser plenamente conscientes de ellos.
Creemos que lo queremos, pero, ¿lo queremos de verdad?
Dime, ¿cuántas veces te has parado a pensar en profundidad qué es lo que deseas (de forma realista)?
Y no hablo de pensar mientras estás en la cama apunto de dormirte, o con música de fondo mientras friegas los platos.
Hablo de sentarte tú contigo mismo y quizás la compañía de un papel y bolígrafo para ordenar tus pensamientos y ver qué quieres conseguir.
No lo que tus padres o tus amigos quieren para ti.
Ni tu tía la del pueblo.
Ni mucho menos la sociedad.
No. Lo que quieres tú.
Ojo, que tampoco vale tu yo de hace unos años. Tus circunstancias cambian y tus deseos y expectativas también.
Es normal, vas experimentando cosas nuevas, no eres la misma persona de hace 3 años.
Quizás ahora el SUV ha bajado en tu lista de prioridades, y la casa con jardín para jugar con los críos ha subido.
Quizás ascender en la empresa ya no sea ahora la prioridad porque estás satisfecho con el salario y lo que quieres es tener unos horarios más flexibles.
No lo sé. Eso sólo lo sabes tú.
Por eso tienes que sentarte a reflexionar contigo mismo.
Redefine qué es el éxito para ti
Creo que la felicidad pasa por redefinir qué es el éxito para uno mismo.
Si vives acorde a los estándares y los deseos que cumples no son realmente los tuyos, acabarás viviendo una vida que no quieres vivir.
Hay gente por ahí con una vida que de puertas para fuera parece maravillosa: Cochazo, trabajo fijo con sueldazo, casaza y todas las cosas terminadas en azo y aza que te puedas imaginar.
Y aunque lleven una «vida deseada» según el estándar, muchos de ellos son infelices. Su propia vida les genera rechazo.
Han cumplido los deseos, sí, pero los deseos de otros. No los suyos.
Además, los problemas económicos que trae el vivir acorde a los deseos ajenos son dobles: no solamente derrochas el dinero (para aparentar estatus social, que es lo deseado por la mayoría), tampoco disfrutas del dinero que has gastado porque no lo deseas realmente.
Hay miles de personas que podrían haber llegado a un enorme grado de libertad financiera. Lo tenían todo: salud, grandes ingresos y sin grandes gastos obligatorios (por cualquier desgracia).
Pero sucumbieron al atractivo del cochazo financiado, una casa que no se podían permitir y a vivir por encima de sus posibilidades.
Clase media financiando querer parecer rica. Problema.
Yo decidí que no quiero vivir acorde a los deseos de los demás. A falta de que se me demuestre lo contrario, sólo tengo una vida y la voy a vivir siguiendo mis deseos.
Voy al trabajo en bicicleta, aunque podría ir en Porsche, que abundan en el parking de mi trabajo. Pero prefiero poner a ese dinero a trabajar para mi para que yo pueda trabajar menos.
La idea de que conforme mi patrimonio crece, menos horas tengo que trabajar me parece muy atractiva.
Otros preferirán el Porsche. Bien por ellos, pero yo sigo mi camino.
Mi idea de éxito es poder trabajar en proyectos que me apasionan, en los que tenga un impacto positivo en la gente.
Donde pueda ser creativo y tenga unos horarios muy flexibles. Que trabajar llegue incluso a ser una opción.
Vivir en un sitio donde no necesite coche para todo. Donde tenga la naturaleza cerca y un círculo cercano de personas.
A ojos ajenos no será la vida más lujosa. Incluso algunos pensarán que soy estúpido porque con el patrimonio que tengo podría vivir con más lujos. Pero es mi vida y son mis deseos.
He redefinido el éxito para mi. Lejos de los estándares de la sociedad hiperconsumista, la del paquetito de amazon cada dos días y adicta a aparentar ser más ricos de lo que son en instagram y facebook.
Pero esta idea de éxito es totalmente personal. La he utilizado de ejemplo. Ahora te toca a ti preguntarte: ¿Qué es el éxito para ti?
Que nadie lo defina por ti. Redefínelo tú mismo y sé feliz con lo que tienes ahora mientras trabajas para conseguirlo.
Cada domingo envío un email con ideas y recursos potentes para que aprendas a manejar tus finanzas e invertir.