3 preguntas que cambiarán para siempre tu relación con el dinero

¿Quieres conseguir una mayor libertad económica?

¡El Manual de Educación Financiera ya está disponible!

En esta formación de texto, video y audio, aprenderás todo lo que tienes que saber sobre finanzas personales e inversión para que el dinero no sea nunca más un problema. Desde cero. Para ti.

Cuando lo acabes (te llevará unas 10-15 horas), habrás puesto tus finanzas personales en orden y estarás invirtiendo para crear una vida con más libertad.

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«Los ejercicios me gustaron mucho, muy prácticos y explicados paso a paso. El orden hace que sientas que vas empezando a controlar tus finanzas y, aunque partía de cero, al final del Manual ya estaba invirtiendo mi dinero. Lo recomiendo.» — Julio R., alumno del Manual

Si quieres alcanzar cierto grado de libertad financiera (el que sea) te toca desactivar el piloto automático mientras lees este recurso y pararte a reflexionar (y a hacer unos cálculos) con las tres preguntas que te voy a poner a continuación.

Te aseguro que merecerá la pena.

No te enfades con tu «yo» del pasado, pero…

¿Qué porcentaje de todo el dinero que has ganado lo has gastado?

Seguramente te acuerdes de los salarios históricos que has tenido a lo largo de tu vida. También de posibles herencias y premios que hayas recibido.

Bien, calcula cuanto has ganado durante toda tu vida. Es decir, suma todos los salarios netos más los ingresos extra que hayas tenido.

A continuación, compáralo con el dinero que tienes ahora, tu patrimonio neto: dinero invertido, ahorrado y balance de activos menos pasivos (como por ejemplo: valor de vivienda – hipoteca).

¿Cuánto del dinero que has ganado durante toda tu vida has podido mantener?

Si llevas invirtiendo un tiempo, cuentas con la gran ventaja de que tu dinero ha ido, a su vez, generando más dinero.

Aún así, lo normal es que tu patrimonio actual sea un porcentaje pequeño respecto a todo el dinero que has ganado en estos años.

Hacer este cálculo te permitirá darte cuenta de todo tu potencial para generar ingresos y sí, también de todo el dinero gastado (a veces, malgastado) en el pasado.

Lo pasado, pasado está y no tiene sentido lamentarse por no haber manejado el dinero bien hace unos años. Lo importante es que estás aquí leyendo este recurso, comprometido con tu educación financiera.

Una vez hemos hecho las paces con el pasado, toca mirar al futuro, en aumentar nuestro patrimonio neto y poseer cada vez más activos. Mira y disfruta de cómo a lo largo del tiempo ese porcentaje de patrimonio neto sobre el total ganado crece.

Tú salario neto es más bajo de lo que piensas

Si cobras 2.000€ netos y trabajas 160 horas al mes, cobras 2.000€ / 160h = 12,5€ la hora, ¿No? Pues no del todo. Vamos a darle una vueltita:

Para ser justos hay que computar todo lo que te cuesta trabajar. Tanto en tiempo como en dinero.

En tiempo te toca añadir a las horas de tu trabajo cuánto dedicas a:

  • Desplazarte al trabajo.
  • Prepararte para el trabajo (arreglarte, preparar el táper con comida si lo llevas…).
  • Desconectar del trabajo cuando llegas a casa.

En dinero, habría que restar a tu salario neto lo siguiente:

  • Transporte al trabajo. Si tienes coche únicamente por trabajo, incluye todos los gastos del coche.
  • La diferencia de precio de la vivienda actual y la que tendríamos sin trabajar (quizás vivirías en otro barrio o incluso en otra ciudad).
  • Guarderías y limpieza del hogar.
  • Ropa para el trabajo.

Si queremos ser precisos, habría que hasta calcular el coste para tu salud de cosas como madrugar, la conciliación familiar o el coste de oportunidad. Pero lo he simplificado.

Como ejemplo, podríamos incluir 1 hora y media diaria extra en cada día laboral y 250€ de gastos relacionados con el salario. Estimaciones medias-bajas.

Bien, eso haría que el salario neto a la hora bajase de los 12,50€ del ejemplo inicial a 9,20€, un 26,30% menos.

Repito, un 26,30% menos y he utilizado estimaciones que considero por debajo de la media.

Te invito a hacer los cálculos para tu situación personal para que te des cuenta de todo lo que te cuesta el trabajo.

Yo intento minimizar estos costes tanto en tiempo como en dinero en mi trabajo todo lo que puedo. Fue uno de los factores que me ayudó a decidir quedarme en la que es mi vivienda actual.

Haciendo este cálculo, te darás cuenta que en realidad no necesitas tanto dinero para alcanzar cierto grado de libertad financiera (LF total, parcial, unos años sabáticos… la modalidad que se adapte a tus circunstancias). Sigue sin ser fácil, pero está un paso más cerca de lo que crees.

Y esto hila genial con la última pregunta:

¿Qué cantidad es tu «suficiente»?

Según el estudio de Van Praat & Frijters (1999), por cada euro que se incrementa nuestro salario, nuestro salario ideal (ese con el que por fin vamos a estar satisfechos) sube 1,40€.

Somos el burro con la zanahoria delante que nunca llega a alcanzar por mucho que avance.

Te toca reflexionar qué cantidad objetivo es suficiente para ti, tanto en salario como en patrimonio.

Evidentemente, a mayor cantidad, más años trabajando o en un trabajo mucho más exigente.

Por lo que cada uno tenemos que calcular qué nos conviene más:

  • Seguir apretando el acelerador, buscando mayores salarios que probablemente afecten negativamente a nuestra salud mental, conciliación familiar, tiempo libre para nuestros hobbies, etcétera.
  • Ser algo más conformistas y vivir con menos dinero. (spoiler: salvo que cobres muy poco, un mayor salario no tiene por qué implicar mayor felicidad).

Ten en cuenta que tiene que ser un ejercicio de honestidad brutal y con cada subida de salario vas a intentar autojustificarte un salario ideal más alto. Ese con el que por fin dices que vas a estar satisfecho.

No hay una fórmula mágica que evite que caigas en la trampa del burro y la zanahoria con el salario ideal, pero hay dos factores que te ayudarán a reducirlo o eliminarlo:

1) El primero es ser consciente de que existe, lo cual es ya un paso enorme. Como pasa con muchos sesgos, ser consciente de la existencia del mismo hace que podamos darnos cuenta que estamos cayendo en él y corregirlo en la mayoría de ocasiones.

2) El segundo factor es escribir cada cierto tiempo (anualmente es una gran opción) tus metas salariales y de patrimonio. Responde tan honestamente como puedas qué cantidad de patrimonio y de salario es suficiente y por qué (que gastos te cubre, los cuales consideras que son unos gastos que te hacen tener una gran calidad de vida y equilibrio trabajo-bienestar).

Es de un valor enorme tener este tipo de evaluaciones de tu situación financiera del pasado. Te hacen no perder el foco en lo que realmente te importa. Al fin y al cabo, nadie te conoce mejor que tú mismo.

Por ejemplo, si en tu evaluación del 2020 decías que disfrutabas mucho de los paseos en la naturaleza (que además tenían un peso mínimo en tu presupuesto), quizás vuelves a retomar ese hábito al leer lo feliz que te hacía sentir y el poco gasto que suponen.

Vivimos en piloto automático la mayor parte del tiempo y estas conversaciones con nosotros mismos nos permiten un momento de reflexión real y de poner dirección hacia donde queremos ir.

Recuerda que si vas muy rápido en la dirección incorrecta llegarás muy pronto a donde no quieres estar. Por eso estas evaluaciones periódicas son tan importantes.

Saldrás de la rueda de hámster y aprenderás a sacar el máximo partido a tu dinero, dedicándole más recursos (medidos en tiempo y/o dinero) a las actividades que más bienestar y felicidad te proporcionan.

Para mi, hacer este tipo de ejercicios ha sido un game changer. En un mundo donde ya casi nadie se cuestiona nada y todos viven como zombies en piloto automático, parar un momento a ordenar tus prioridades puede cambiarlo todo.

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